Entusiasmado, como quedé, con el primer volumen de “Los caminos del Señor”, he decidido hacerme con el segundo volumen, y disfrutarlo igual que el primero, sobre todo, para saber como acaba la interesante ficción sobre el pergamino vikingo, que muestra unas nuevas tierras descubiertas por ellos, y que todos ansían.
El parecido de Cristóbal Colón con el actor Josh Brolin es increíble.
En “Los caminos del Señor. 1307 El proceso/1492 Edén” (Yermo, 2016) con guion de Fabrice David & Grégory Lassablière, dibujo de Jaime Calderón y color de Romain Lubière, asistimos a la caída de la orden del Temple, a comienzos del S.XIV, por parte del arruinado rey de Francia, Felipe IV “El Hermoso”, que no puede afrontar las deudas contraídas, y que, envidioso, anhela la caída de la orden militar más poderosa del país.
Los templarios, cuyo maestre Jacques de Molay, se ha rendido ante las tropas francesas sin levantarse en armas, ven como son acusados de herejía y sodomía, entre otras lindezas, y deciden esconder el gran tesoro templario de las manos del rey francés, usando para ello, el pergamino que les llevará a esas nuevas tierras.
Cien años después, un marino genovés, intenta hacer todo lo posible para buscar una nueva ruta marítima, hacia occidente, para llegar a Oriente. Tiene información que nadie conoce, o eso cree él. Su proyecto ha sido rechazado por los principales países y monarquía europeas, y solo la Corona de Castilla le hace caso, una vez conquistada Granada.
Este segundo volumen está igual de entretenido que el primero. En su ficción, nos presentan a los templarios llegando a América, enterrando su tesoro e incluso teniendo hijos allí, que cuatro generaciones después, descubre un Colón sorprendido por la blancura de dichos indígenas. Un Colón que no quiere llegar a Cipango o Catay, sino que sabe muy bien que llega a un Nuevo Mundo, y cuyo enemigo es uno de los hermanos Pinzón…
Tenemos un mapa explicativo, al comienzo de cada una de las aventuras, y en el final de “El proceso”, un pequeño dossier de personajes, del que el segundo volumen carece, pero que compensa con algunos bocetos. Muy ameno cómic de aventuras, de historia ficción, que hará a más de uno sonreír en algunos momentos…
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