Vale. Debe ser eso.
Cuando los críticos ponían a parir a “The Tick” (2016-2019), debían referirse a
la Segunda Temporada. La Primera, como sabréis, me gustó mucho, y en los
primeros episodios me reí una barbaridad, aunque después la cosa decayó, la consideré
una serie digna de ver y mencionar.
En esta Segunda
Temporada, ya no se explota tanto la faceta humorística de los héroes, casi
nada, y se basa mucho más en los héroes en sí. Nuevos héroes aparecen, una
nueva asociación en la cual se reúnen (La Égida, Aegis en inglés) y se
controlan, y una gran cantidad de episodios donde no ocurre absolutamente nada,
salvo la aparición de unas langostas que ocupan parte del protagonismo, surrealista
El Terror, el malvado
villano de la Primera Temporada, está en la cárcel, y Doña Pelusa, su mano
derecha, se mete a heroína eléctrica, con el nombre de Juana de Arco. Walter,
el padrastro de Dot y Arthur no es quién dice ser. SuperGuay ha perdido la
chaveta. Arthur ya no parece el Woody Allen indeciso de la Primera Temporada,
que era un verdadero gancho. Y, el personaje de la enfermera Dot, da,
igualmente, un cambio poco creíble y radical. Hay una falta de protagonismo por
parte de la propia Garrapata, y hasta el quinto o sexto episodio, no tienes muy
claro quién es el villano a batir.
Una temporada un tanto
pasada por agua, que deja muchos interrogantes y preguntas sin contestar sobre la propia Garrapata. Es una lástima que haya caído tanto el nivel, y la
originalidad que gozaba la Primera Temporada. En fin… A otra cosa.
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