Hasta que no he visto
este biopic (recomendado por el amigo Eduardo, mil gracias tío), me imaginaba
que Dick Cheney era un tipo secundario, mediocre, y oculto por la sombra de la
Historia, que no podría contarte nada demasiado interesante, muy burocrático y tecnócrata.
Después ves este “El
vicio del poder” (2018), en el que un magnífico Christian Bale interpreta al
poderoso vicepresidente, Dick Cheney, y te dices: Vaya, esta parte de la
historia, no la conocía…
Y es que el tipo, metido
en política desde los setenta fue escalando poco a poco, hasta conseguir el
máximo poder en la etapa de la invasión de Irak. Pasando por encima de todos y
de todo, a pesar de sus numerosos problemas coronarios.
La película, tiene mucho
de documental (usando, en muchas ocasiones durante la cinta, imágenes reales,
no recreadas), a ratos, al más puro estilo de Michael Moore, con ligeros toques
de humor, dentro de lo que cabe, pues la cosa fue seria, y mucho. Me ha gustado
mucho que salgan títulos de crédito a mitad de la película, algo que hubiera
ocurrido si Cheney se hubiera retirado a tiempo, y que rompan la cuarta barrera
para hablar con el espectador, directamente, tanto por parte del narrador, como
del propio Cheny en los minutos finales. Para verla, debes tener conocimientos
mínimos históricos de la época de la que estamos hablando, o no te vas a enterar
de la misa la media.
P.D: Por cierto, con la
escena post-créditos, me partí, literalmente, de la risa.
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