“Detective Conan” (Planeta
Cómic, 2011) de Gosho Aoyama, es el otro volumen (el primero de la colección), que me he pillado en
Carrefour, junto al de Saint
Seiya, por un precio realmente bueno, 2,95 leuros (2,80 en Amazon). De este
personaje, aunque lo conocía, no había leído nada. Lo conocía por la serie
animada que emitieron hace unos años en alguna televisión autonómica, en los
años noventa, las películas (que no las he visto), y poco más.
Y, aunque me apunto al
carro de “Detective Conan” con casi treinta años de retraso, la verdad es que
este volumen (de más de doscientas páginas) lo he disfrutado muchísimo. Cuenta
la historia de un joven detective adolescente, Shinichi Kudo, que es atacado
durante un caso. Mientras está KO, le administran un veneno para matarlo, pero
la droga en cuestión lo que hace es convertirlo en un niño de seis años, donde
está atrapada la genial mente de Shinichi, que adopta el nombre de Conan
Edogawa.
Con esta nueva identidad,
y con los problemas que plantea su nuevo físico, Conan deberá seguir
investigando y resolviendo los diferentes casos que se le plantean, con ayuda
de los inventos de su amigo, el profesor Agasa, mientras se muda a vivir a casa
del detective Kogoro Muri, y de su hija Ran, que no sospechan de quién es.
El cómic, y el personaje,
merecen mucho la pena. He disfrutado una barbaridad resolviendo los diferentes
casos de Conan, y no me importaría seguir comprando algún volumen más de esta
colección.
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