“I am mother” (2019) ha
sido para mí una de esas películas que dejan un buen sabor de boca, y de las
que te dices, que, no te importaría volver a ver una vez más, por si hay cosas
que se te han escapado.
Y es que tiene mucho de
la también requetebuena “Ex Machina” (2014), de la que os hablé muy por encima
hace unos años en el blog, junto a otras cosas. En esta película, coproducción
austro-estadounidense, tenemos un futuro apocalíptico, un bunker y un robot
llamado “Madre” que cuida de poco más de sesenta mil embriones humanos. Un buen
día, Madre elige un embrión y lo pone a la cazuela nueve meses, naciendo una
nena muy guapa a la que cría ella misma, ¿Puede un robot criar y educar a un
humano? Desde el principio, Madre le cuenta que la humanidad se ha ido al
garete fuera del búnker, y que fuera solo hay radioactividad y ondas negativas,
en conjunción, de Mediaset y Atresmedia en el ambiente irrespirable.
Pero un buen día, una
mujer herida se presenta a las puertas del bunker pidiendo ayuda. En un
principio no la dejan entrar, porque creen que es una Testigo de Jehová que
viene a dar el tostonazo con el Atalaya y el Despertad, pero “Hija”, curiosa,
la deja entrar, y la visitante viene contando una historia muy, pero que muy
diferente a la que “Madre” cacarea desde hace años…
Entretenida, filosófica,
inquietante, no te puedes perder “I am mother”, porque creo que la película
merece no uno, sino hasta dos visionados. Las casi dos horas de la cinta se te
pasan volando, y la protagonista hace un buen papel, no así tanto la visitante
(Hillary Swank) que parece un tanto kinki…
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