Ramalho da Costa, alias El
Trini, es el típico detective (de Vallecas) que te encuentras en las novelas
policíacas, o de cine negro. Cigarrillo perpetuo. Solitario. Amigo del asfalto,
de las calles, de las tascas con bombillas de 25 vatios, y de los personajes
que pululan por callejones sin nombre.
El personaje nació, en
2007, en una novela de Alejandro M. Gallo, titulada “Una mina llamada Infierno”,
sobre una serie de crímenes acontecidos en una mina asturiana, y que enlazaba la
historia con el final del Franquismo. De esa misma novela, nace el cómic, que
es el que he tenido el placer de leerme estos días, bajo el lápiz del dibujante
Julio Cangialosi. Un cómic con todos los ingredientes del género. Buenos, malos,
sospechosos, auténticos hijos de puta, personas inocentes… Todos enmarañados, y
hasta las cejas, de asesinatos y crímenes sin resolver.
Por si encima, el cómic
os supiera a poco, en las páginas finales, Alejandro incorpora un relato corto
de Ramalho, titulado “La daga de Moctezuma”, donde la Iglesia se mezcla en una
serie de turbios sucesos para recuperar una pieza histórica que perteneció a
Hitler, y ahí está Ramalho, muerto mediante, para investigar lo sucedido…
“Ramalho: Una mina
llamada Infierno” (2007, editado por Dolmen). Muy entretenido y recomendable.
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