“Historias de fantasmas”
(2017) es la película ideal para ver una tarde de domingo, café y galletas mediante.
No es una película que me haya entusiasmado, de hecho, los quince últimos
minutos me han decepcionado bastante y me han recordado, en cierta medida a “Shutter
Island” (2010), que a su vez, es un calco de “Los renglones torcidos de Dios”
(1979), de Torcuato Luca de Tena, lo mire por donde lo mire.
En esta película, nos
encontramos al Profesor Goodman, británico judío que desenmascara a todo médium
que se le cruce por el camino, emulando a su ídolo televisivo (y desaparecido)
Charles Cameron.
Un día, Cameron, se pone en
contacto con él, para que intente buscarle explicación a tres casos que él no
llegó nunca a resolver. A partir de aquí, me ha gustado el tema al recordarme a
las míticas “Historias de la Cripta”. La primera historia es un clasicazo de
edificio antiguo, oscuro, abandonado, poblado por fantasmas. La segunda versa
sobre un chico que atropella a una extraña criatura en la carretera que
atraviesa un bosque. Pero, en la tercera, la cosa se tuerce. La historia final
es sobre un banquero retirado al que se le aparece el espectro (con bastante
mal aspecto) de su difunta mujer y de su horripilante bebé. Esta historia,
engancha con el epilogo final, que no os voy a contar, y, en mi opinión, se carga
la que podría haber sido una buena película, que, en este caso, no pasa de
entretenida, con un Martin Freeman (eso sí) que se sale, como siempre suele
hacer, brillando con una luz propia.
Ya me contareis que opinión tenéis
de ella. Mientras espero, me voy a poner otro cafelito…
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