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lunes, 6 de agosto de 2018

Goya. Lo sublime terrible (2018) El Torres, Fran Galán




         Los Historiadores del Arte conocemos bien la obra y vida de Goya, que es, ciertamente, apasionante. Ya, en la carrera, te avisan de que, hasta que sufre su enfermedad, 1792, esa desconocida enfermedad que le dejará sordo para el resto de su vida (¿Sífilis, saturnismo…?), Goya no deja de ser un pintor de su tiempo, y que será después de su sordera cuando algo parece emerger en su interés, algo desgarrador, que le hace ver y reflejar, perfectamente, a través de sus pinceles, la hipocresía, la ignorancia, la mentira y la maldad, los defectos de aquella sociedad de finales del XVIII, que le rodea…

       Con “Goya. Lo sublime terrible”, El Torres (guion) y Fran Galán, le dan una nueva vuelta de tuerca a aquel hecho tan crucial en la vida de Goya. Aquella terrible enfermedad que casi se lo lleva al otro barrio, que cogió a un hombre y soltó a otro, completamente diferente.

        En tres actos, tenemos al Goya de poco antes de su enfermedad, el amigo del también pintor Asensi Julià (que nunca firmaba sus obras, y al que se le atribuye desde hace unos años, el cuadro “El Coloso”. La primera aparición de sus demonios interiores, que lo atormentan. La relación con su mujer, con sus mujeres, con la duquesa de Osuna, la duquesa de Alba (que también es perseguida por una prole de demonios, miedos e inquietudes) … Y la senectud, donde se enfrenta continuamente a sus demonios a través de sus pinceles, al destierro y a la recta final de su vida.

       Este es uno de esos cómics imprescindibles. De El Torres, ya os hablé cuando comenté hace unos años “El fantasma de Gaudí” (2016), y es requeteconocido, de sobra, en el mundo del cómic (es un guionista fantástico), y, Fran Galán, es para mi un descubrimiento, que me ha parecido una maravilla. Ambos firman, como os digo, un trabajo impresionante.

       “Aun aprendo”, decía en una de las láminas más celebradas de Goya. Yo también, suelo musitar.

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