(Como una ola...)
Miss Hokusai es la historia de E-Oi, una de las hijas de
Tetsuzo, aquel pintor japonés, de principios del S.XIX que embelesó tantísimo a
los impresionistas por sus sencillas pinturas, mundanas muchas veces, del Japón
Tokugawa. E-Oi, ha heredado el talento de su padre para la pintura, y cada vez
que puede (y la dejan) aporta su granito de arena al trabajo de su padre. Un
melancólico artista, rodeado de papeles, con algún discípulo ocasional, que
aspira a ser lo más en el arte de su época. Tetsuzo murió con noventa años,
convencido de que si hubiera vivido cinco o diez años más, hubiera alcanzado el
cenit pictórico. Se equivocó. Su arte pronto fue admirado en Europa, justo
después del comienzo de la Era Meiji, la Etapa de las Luces, de la apertura y
occidentalización de Japón. Aquellos bohemios, hartos de absenta, que pululaban
el Paris de finales del XIX conocían y estimaban mucho las láminas de Tetsuzo.
No era un desconocido.
(¿Te gusta como está quedando?)
La película, basada en el Manga de Sugiura Hinako, se presenta
con dos premios, el del mejor largometraje de animación de Sitges (2015) y con
el Premio del Jurado en el de Annecy (2015). Es un film emocional, con una
banda sonora preciosa (quizás sobra un guitarreo rockero al principio y al
final del largometraje), y que no tiene un desarrollo narrativo con demasiados
altibajos, algún episodio mágico, da alas a los protagonistas, la superstición
japonesa tan interesante siempre está, igualmente, muy presente. El Kabuki (el
teatro clásico), los burdeles, el travestismo, la épica, la película termina
como comienza, y como espectador te quedas con ganas de más, porque has visto
una bella historia, con una gran fantasía, pero crees que te has perdido algo,
en algún momento.
(Habrá que ordenar todo este caos, un día de estos...)
P.D: Las imágenes, por variar, las he pillado de aquí y allí.
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