El tema empezó con un anuncio en el
periódico regional: “Se busca personal para trabajar en la Finca Las Hespérides”,
y como el tema de la educación está tan regular pagado (Hacienda me retiene el
24% del sueldo mensual), y Micho, aparte de leer la prensa económica, escuchar
Jazz, y discutir con la divina Atenea (la de glaucos ojos) sobre política
internacional, no suele hacer mucho más por contribuir al erario lar, decidí
presentarme al trabajo, a tiempo parcial.
La dueña de la finca, una tal Hera, parecía
una señora simpática. Nos citó a los aspirantes a la Oferta Laboral bien
temprano, y se veía que era una señora hogareña, familiar, con una casita
dentro de aquel acogedor vergel, y con un gran número de pavos reales. Ya el
primer día, nos ofreció unas granadas cultivadas, con mimo, por ella misma.
El trabajo era sencillo, recoger las manzanas
doradas, de la variedad Golden, que crecen en lo que ella llamaba “su jardín” y
que tenía varias hectáreas. Tenía un grupo de chicas, en prácticas, desde hace
unos años, del Centro de Adultos “Atlas”, que están haciendo el Módulo de
Jardinería de FP. Dichas alumnas, que se habían bautizado así mismas como “Las
Hespérides” (igual que la Finca, que originales) eran becarias, y apenas
trabajaban, se tiraban todo el día cantando y correteando entre los manzanos,
dejando los frutos podrirse, irremediablemente, en el suelo. Aun así, optaban a
una beca de la Junta de Extremadura y creían que en verano podrían cobrar el
PER.
El caso es que nos eligieron a cincuenta
aspirantes para ir recogiendo las manzanas. Un producto de primera, cultivadas
sin fertilizantes químicos, y con un color dorado que brillaba bajo el sol. Micho
I de Gato me acompañó un par de tardes, pero pronto se aburrió de tanto pavo
real, y optó por quedarse en el Patio-Lavadero leyendo. Las condiciones
laborables eran buenas, contrato desde el primer día (media jornada) y
descansos para comer. Hera solo nos puso una condición, en principio fácil de
cumplir: “Si viene un tipo raro, un musculitos disfrazado con una piel de León
y con una porra en la mano, no le deis ni los Buenos Días”, nos advirtió. Al
parecer, es un indigente, poco de fiar (en palabras de Hera), bruto, y no es
bienvenido en “Las Hespérides”.
El jardín estaba poco cuidado, una
de las chicas del Módulo de Jardinería nos avisó que tuviéramos cuidado con las
serpientes Dagón: “Debe haber más de cien”, bromeó entre risas. Una especie
inofensiva, pero invasora. La gente las compra de pequeñitas, y después las abandona en el campo extremeño,
cuando ya no caben en el apartamento o en el piso de Protección Oficial de 40
m2…
4 comentarios:
Echábamos de menos estas historias. Encantados de visitar las Hespérides y de oler sus manzanas con vosotros :)
Gracias La Gatera!!!. A Micho le siguen sucediendo muchas aventuras, lo malo es que no tenemos tiempo de contarlas todas!!. Un maullido!!!
Ese griego no es ningún indigente, sino un pájaro de cuidado. Se unió a una banda formada por sus vecinos albaneses, rumanos y búlgaros y empezaron saqueando olivares. Y de las aceitunas a las manzanas hay sólo un paso. O un saco más grande.
Carlos, el caso está que el tipo debe estar buscando algo para la reventa, fijo.
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