Tormenta y Desesperanza, cómic de Lucie Durbiano que se lee en un ratito que tengas libre (creo que yo le he dedicado unos quince o veinte minutos). En el dibujo me ha recordado, lejanamente (aunque también en la historia incluso se rozan levemente, ¿o es muy exagerado afirman esto?) a Vampir de Joann Sfar. Aunque Vampir es un álbum (o dos, yo tengo dos editados por Fulgencio Pimentel) muy cuidado y poético, imaginativo y arrebatador (a mi me enamoró en su día, la historia y el dibujo, la presentación, prácticamente todo) y Tormenta y Desesperanza no tiene, ni mucho menos, esas pretensiones.
Lucie Durbiano es dibujante y guionista, no es nueva en estas lides (el cómic ya tiene unos años), y la experiencia se nota.
Tormenta y Desesperanza va dirigido, así lo veo yo, a un público adolescente. Es un álbum muy ameno de leer, una de esas historias que acaban con cierto ¿Y ahora qué?, pero no es malo en su planteamiento, ni en su desarrollo. Una historia de misterio, casualidades, vampiros carnívoros, algo ingenuo... Juvenil, al fin y al cabo.
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