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jueves, 14 de agosto de 2008

Mil Visitas


Esta última semana, he de confesar, he estado expectante. Había leído en blogs y foros, que, al superar las mil visitas, algo terrible podría suceder. Hay testimonios horripilantes que hablan del corte, repentino de Internet, de personas que han caído fulminadas por un rayo mortal, enviado sin duda por el gran Zeus, por pecaminosas, invitadas a “El Diario de Patricia” , o incluso, otras muchas que han sido inscritas como socias honoríficas de algún club deportivo de natación, o de algún equipo de la Tercera División…

Igualmente, he de confesar, que no he pegado ojo por estas temibles circunstancias, he intensificado mi dieta en latas de atún, de tres al día he pasado a cinco, y de hidratos de carbono, de un plato de macarrones, ahora me como dos, afortunadamente lo convino con tortellinis los fines de semana. Para rematar algún yogur natural o algún plátano. Me encanta la dieta mediterránea.

Terriblemente acojonado, durante las dos últimas semanas, me he puesto a hacer lo que mejor sé hacer en los diferentes descampados libres de la ciudad… Mmmm, no, eso no es lo mejor que sé hacer pájaros…
Me refería a Iglesias Románicas, las he plantado por doquier por todos lados, buscando el favor, la clemencia divina. Me he vuelto semi-loco, como aquel tipo viejuno, de unos 90 años, protagonista de un anuncio de Aquarius, que le dio por hacer una catedral gótica, a tamaño natural, con latas de refresco y no sé que más…

En eso estaba yo, en mitad de mi retiro espiritual ubicado en el extrarradio de la ciudad, en realidad en una desolación de hierbajos, y bolsas de plástico, excrementos de perro, y vete a saber que más… Dándole vueltas a mi particular San Clemente de Tahull, como hacer los arquillos ciegos lombardos, donde comprar las pinturas para hacer el Pantocrator con la Mandarla, si en “Pinturas Isidro”, o en Carrefour, si utilizar piedra autóctona mezclada con yeso de un contenedor cercano para hacer la portada, etc etc, cuando han pasado a mi vera, unos simpáticos jóvenes, dos concretamente, montados en un vespino que presumo robado, que no han reparado en mi presencia, a pesar de mi vistosa camiseta del Celtic de Glasgow. Inmediatamente, como haría cualquier individuo inteligente que busca ayuda ciudadana, he llamado la atención de dichos jóvenes, con aspavientos y sonoras voces con el fin de llamar su interés. Estos, han cambiado el rumbo de su vehículo de dos ruedas, y alegres, entonando el clásico del cancionero aspanyol “Perros Callejeros”, se han puesto a mi altura preguntándome que si quería “pillar”.

Tras decirles que no, he decidido compartir con aquellos dos entes, seguramente laboriosos scouts de algún club juvenil, mi genial idea románica, que no rumánica, convencido que iluminados por mis planteamientos, colaborarían Ipso-Facto en la realización, factible, de la misma. Les he descrito la maravillosa construcción que pretendía realizar, los motivos loables que me empujan a tan divina misión, la arquitectura, los capiteles, el enfoque… Pero no me han dejado ni terminar. “Er Torete” y “Er Vaquilla”, así se hacían llamar estos dos anacoretas, estos dos risueños bandoleros, han optado por despojarme de mi camiseta y de mi cartera, la cual contenía 16 euros con 13 céntimos, mi tarjeta caducada de Travel-Club, y una foto de los últimos carnavales de Michel IV de Gato, vestido de Stalin, mandando a un Yorkshire a un Gulag… Y con un ojo más abierto que otro, como recordatorio, y con mis gafas Indo, de Federópticos, colgando del lóbulo de mi oreja izquierda, me han abandonado en aquel desierto del Sahara Suburbano, y se han marchado en su motorizado caballo de hierro, como dos renegados del Afrika Corps, dejando tras de sí una estela de humo y tierra, y regalándome la palabra “Gilipollas” como despedida. Si Rommel levantara la cabeza…

Decepcionado, conmocionado, ante el acontecimiento, he optado por regresar a casa en la línea 2, con ayuda de una moneda de dos euros que guardaba en el calcetín. Lo que más me ha dolido es que, sin duda, esos dos piratas urbanos, llevarán a cabo mi suprema idea de construir el “summun” de las iglesias románicas en el primer llano libre, apetecible, que encuentren, sin contar con mi colaboración, mi boca me pierde muchas veces.
De vuelta a casa, en el bus, y tras explicarle al conductor el suceso detalladamente (no ha hecho falta entrar en muchos detalles, enseguida me ha dejado entrar, se le veía con prisas), una señora mayor me ha mirado despectivamente mi pecho desnudo, mi torso asimétrico, (no entiendo porqué, llevo las axilas depiladas), y sin saber que decir, le he dicho con desprecio y resignación:

- La culpa la tiene “Educación para la Ciudadanía”. – Y me he quedado tan fresco, y tan pancho.

P.D. Al llegar a casa, me he metido en los foros de la red, y en uno de ellos, de los más agoreros, he escrito: “Pues yo he superado las mil visitas en mi blog, y a mi no me ha sucedido nada de nada.”

P.D.D. Me voy a tomar estos tres dias libres y voy a desconectar de todo, incluido Michel, ya os contaré mis aventuras y desventuras que seguro que son muchas, 72 horas dan para mucho, y agradeceros estas mil visitas pájaaaaros!!, un besote, y tened cuidado ahí fuera...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿A qué se debe esta repentina afición por contar historias de gente de mal vivir? Jejejeje

Lupe Montero dijo...

Andrés, cuídate de lo tuyo que últimamente se te va un poco la pinza.... je, je

La Pequeña Candi dijo...

¿De qué marca son los macarrones esos que comes? Dímela, dímela! Ja, ja, ja! Pero te digo lo mismo que Lupe: míratelo antes de que te hayamos perdido para siempre.
Un beso y... combina la dieta mediterranea con la atlantica porque no te está sentando nada bien.