Una hora y veinticinco minutos dura “Contorted”, película surcoreana de
2022, que me ha dejado bastante frío, a pesar de ser una producción que mezcla
el horror psicológico y familiar, con tintes paranormales en una casa maldita,
con un cobertizo más maldito todavía.
Basada en una novela del
escritor surcoreano Jeon Gun-Woo titulada “La Casa contorsionada”, la película
está adaptada y dirigida por Kang Dong-heon, del que no tenía ninguna
referencia hasta ahora, y que, a pesar que mete en el bol de la mente humana
ingredientes interesantes, como el fracaso, el miedo, la soledad, los traumas,
la culpa y la familia, o el fracaso familiar y laboral, más bien, y lo
condimenta, como os digo con horror sobrenatural, no consigue cocerse bien, llegando
a tener partes de su corto metraje, que son un poco para pedir la hora.
Las interpretaciones no están mal, destacando la de su protagonista, Seo Young-hee, pero ya os adelanto que la película la voy a aprobar por los pelos, ya que no vas a pasar realmente miedo, y en temas de casas encantadas, el listón está muy alto desde hace tiempo…
Casas encantadas y gente
que se le va la perola desde el primer día que llegan a ella, todo sea dicho de
paso…
¿Qué nos vamos a encontrar
en “Contorted”?
Típica familia coreana que
se va a vivir a una casa rural tirada de precio, muy chula, con su jardín y su
tétrico cobertizo con candado echado. Cuando la compran, ni se molestan en
abrir el cobertizo, que es lo primero que yo y cualquier persona normal,
hubiéramos hecho.
A partir de aquí, la narrativa sigue a Myung-hye
(interpretada por Seo Yeong-hee), una madre que, junto a su esposo Hyun-min
(Kim Min-jae) y sus hijos, parecen querer iniciar una nueva vida.
Hyun-min ha perdido su empleo debido a un escándalo
de plagio, es escritor, un tipo bastante normal al que nadie parece tomar en
serio. Ya desde su llegada, en el minuto 5 de metraje, Myung-hye comienza a
experimentar pesadillas intensas, sueña con submarinos en el Guadiana, y a
escuchar ruidos extraños provenientes del cobertizo que no abren ni llevando
allí semanas.
La hija, Hee-woo (Kim Bomin), también parece percibir
presencias extrañas de niños en la casa, y muestra una sensibilidad especial
hacia lo sobrenatural, siendo una sensitiva que se da cuenta el grado de locura
que comienza a adquirir la madre.
Al poco tiempo, las tensiones aumentan en la
familia, aunque el padre no parece tomarse las cosas como debería, más allá de
ir a la Inmobiliaria a pedir la llave del cobertizo, como buen coreano, yo le
hubiera prendido fuego al primer quejido, susurro o voz desde dentro, y
Myung-hye comienza a perder la cabeza, sufre depresión y tiene un sentimiento
de culpa como una catedral de grande: Tiene altibajos, y hay dos niños que se
suponen que son de la familia, y que aparecen en la foto familiar, que solo se
relacionan con la ella, y el padre y Hee-woo, que por cierto es adoptada, no
ven o eso nos parece, por lo que te llegas a cuestionar si no estamos ante una
especie de “El Sexto Sentido”, pero mucho más cutre, dudando como espectador si
estamos ante una ida de pinza de la protagonista o si la casa está encantada de
verdad, siendo finalmente un 50% de ambas cosas…
La película, como os decía al principio, tiene los
ingredientes, pero en mi opinión, no sabe mezclarlos o cocinarlos.
Tenemos unos traumas que colean desde el pasado que
acaban siendo destructivos para toda la familia, y que aparecen como
alucinaciones en mitad de la más absoluta nada que es la casa en mitad de la
campiña coreana.
Podría haber más tensión, pero el padre suele
venirse abajo o no entra en conflicto a pesar de que la madre la lía a la hora
de comer, o le susurra auténticas barbaridades cuando está supuestamente
dormido, no afronta el problema y eso le va a pasar factura, siendo para mi un
personaje débil en muchos sentidos, algo que posiblemente ha hecho que la
familia se desintegre por momentos inevitablemente, y además, esa actitud no te
ayuda a discernir que es verdad, que es realidad y que es alucinación, ya que
la madre habla de todos sus hijos y él con callar, otorga el beneplácito de la
existencia real de dichas alucinaciones, así que el papel de la madre no
encuentra realmente un contrapunto, y el espectador se queda un tanto… Psss, a
ver donde llegamos.
En definitiva: “Contorted” es una película bastante
olvidable, que, a pesar de que lo intenta, no llega. A pesar de su corto
metraje, yo hasta la recortaría y la dejaría en una hora justa, tiene un ritmo
lentísimo y la narrativa es confusa.
De nota le doy un 5 raspado, pero, mi opinión
sincera es que os la podéis ahorrar.
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