“Didi” es una película
estadounidense de 2024, una producción que viene de la mano de Sean Wang, un
director de 31 años, que, a pesar de haber hecho algunos medio metrajes, se
lanza a la piscina con este largometraje (que algunos han calificado, para mí, erróneamente,
de Opera Prima), y ha dado en el clavo en muchos aspectos.
“”Didi” es una película que tiene
cierto aroma underground, de tragedia griega y mezcla muy bien una serie de
elementos, tan reales como verídicos, que unidos a unas muy buenas
interpretaciones, la hacen una película que, si bien ya hemos visto cosas
parecidas sobre el género, llamémosle de pre-adolescentes, o de nenes que están
a punto de entrar en institutos, le da una vuelta de tuerca más al meter en la
ecuación temas como el matriarcado, la migración mal encajada, la edad, las frustraciones,
las hormonas y el rechazo en unas edades muy jodidas, como es la que tiene el
protagonista de la cinta, Chris Wang, Didi o Wang Wang, que es un chaval que
busca su sitio en la vida a base de cagarla, de que lo traicionen, de chocar
frontalmente con la familia que le ha tocado (sus puntos de vista, su enfoque
de la vida, la falta del padre), y la gran lección de ser uno mismo, con tus
cualidades y tus defectos, en este viaje que es ni más ni menos, que la vida
misma.
La producción ha conseguido en
un año varios premios, nominaciones y un superávit económico más que curioso, y
no me extraña, ya que la verdad es que técnicamente no es mala, tiene buena
fotografía, un par de canciones de su banda sonora realmente buena y unas
interpretaciones a destacar, empezando por la del propio protagonista, Izaac
Wang (curiosamente se llama como el director, que también es el guionista, el
chico de los cafés y el que lleva la iluminación), que lo hace tan bien en el
papel de Chris Wang, que creo que tardará en quitarse de encima el nombre de “Didi”,
ya que lo borda, no por nada malo, ojo con esto.
En la narrativa tenemos a
Chris, un chaval de origen taiwanés, de 13 años, que está a punto de entrar en
el instituto. Es verano de 2008 y se llevan aun los Nokia indestructibles, el
difunto MySpace y un Youtube en pañales donde sube sus vídeos.
Sus gustos son la fotografía, grabar vídeos, el skate y comienza a gustarle mucho una chica con la que irá al instituto después de verano, y a la que espía por sus redes sociales y con la que provoca encuentros fortuitos para conocerla mejor.
Vive en un matriarcado: Su
abuela solo habla chino mandarín, y solo conoce algunas pocas palabras en
inglés. Es una mujer muy tradicional, que choca con la cultura gringa y todo lo
que le rodea. Su madre, pintora frustrada, lidia ante la falta de su marido con
dos hijos que son estadounidenses plenos, ella habla los dos idiomas, pero
prefiere expresarse en chino normalmente. Su hija Vivian, se va a la
Universidad y se lleva fatal con Chris, alias Didi, alias Wang Wang.
Con este escenario, Chris
inicia un viaje como es simplemente vivir y llevarse sus primeros desengaños en
la vida: Traiciones por parte de los que él consideraba sus amigos, desengaños
amorosos, familiares, las primeras fumadas de la alegría y las primeras
vomitones, el skate y nuevas amistades, las crueldades de los adolescentes (que
pueden hundir a uno en 0,2), etc.
Aunque la película, a veces,
parece que esté “más perdida que el barco del arroz”, como decimos por
Extremadura, al final de su hora y media de metraje nos lleva al puerto de lo
que no te mata, te hace más fuerte, que es la moraleja que le vas a sacar a
todo el tinglado.
En definitiva: Una película
más del llamado género “Coming of Age”, de la que tenemos miles de series y
películas, que huye de la comedia (salvo en un par de ocasiones, como ver a la
abuela preguntar qué significan ciertos insultos en inglés), pero que, afortunadamente,
tampoco acaba cayendo en la tragedia de pañuelos de papel.
Se puede ver, pero no añade nada
realmente nuevo al género, y yo la acabaré olvidando más pronto que tarde a
pesar de que aprueba, como os digo, en todo lo técnico e interpretaciones, que
es donde más me suelo fijar y hacer hincapié.
De nota le doy un 5,5, y la dejo a vuestra entera elección. Este tipo de películas, curiosamente, parecen dirigidas más para tipos adultos, que para adolescentes mismamente, y el componente autobiográfico del Sr. Sean Wang, no sé por qué… Pero me da que está muy presente. Lo dejo por aquí.
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