Me comencé a interesar,
siendo un crío, por la mitología griega gracias a la serie animada “Ulysses
31”, y posteriormente por “Saint Seiya”, que me hacía buscar información sobre
los mitos a los que se referían los Caballeros del Zodiaco en sus míticas
batallas por salvar a una diosa mojigata siempre en apuros.
Por la mitología china, me interesé por
“Dragon Ball”, ya en los noventa, donde se narraba la historia de un chico con
cola, báculo, que volaba en una nube y cuyas transformaciones en un gorila
furioso podrían ser terribles. El nombre de aquel chico era Goku, una
derivación del nombre de “El Rey Mono”, Sun Wukong.
Dentro de la mitología china, “El Rey
Mono” es uno de los personajes más queridos, venerados y más llevados al cómic
y al cine, tanto de animación como de personajes reales. De hecho, en los
últimos diez años se han hecho nueve películas (hasta donde yo sé) alrededor de
la temática del Rey Mono, aunque tenéis otra coreana de 1962, y en 2024 se
estrena la última, por ahora, dedicada al personaje: “Black Myth: Wukong”.
En la película de animación que tenemos
entre manos, estrenada por Netflix (agosto, 2023), y de hora y media de
duración, nos encontramos con una versión más, otra más, del antiquísimo texto
“Viaje al Oeste”, que es donde se recogen las aventuras del Rey Mono, que, en
busca de la inmortalidad se enfrenta y derrota a demonios y dioses (menos a
Buda, al que no es capaz de derrotar), acompañado en esta ocasión por una niña,
Lin, cuyo objetivo es salvar a su aldea de la sequia pertinaz que la asola, y
que busca ser ayudante del rey Mono, a pesar de sus continuos desprecios y
comentarios egoístas, para lograr su objetivo…
Estamos ante una película a ratos
entretenida, con algunos buenos puntos de humor, y ratos aburrida en la que no
llegas a conectar con los personajes. Es una excusa para enseñar, o aprender,
una parte muuuuy resumida del mito, dirigida más para un publico juvenil, pero
que se puede llegar a disfrutar en familia. Destacar la música, con algún tema
heavy metal a tener en cuenta. Si, heavy metal, tal cual, que hay que aplaudir
porque no es el estilo musical por el que suelen apostar en películas de
animación, y que le da un toque original a la historia.
Llega al 5 en su nota, aunque sin tirar
cohetes, y con un final (fiel al mito), que cierra muy bien la historia, a la
par que toca fibras. Lástima que no consiga enganchar más.
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