“Go Karts” (Netflix, 2019)
producción australiana, de hora y media (le sobran unos veinte minutos), en la
que nos meteremos de lleno en el fascinante mundo de las carreras de karts
australianos, pura adrenalina y gasolina, oiga.
En la narrativa tenemos a Jack
y a su madre, que se mudan a un pequeño pueblo del oeste australiano. La madre
monta una pulcra, pero ruinosa frutería, y Jack que asegura tener menos de 16
años, pero podría estar ya casado y con hijos, se interesa por los Karts.
En el circuito local conoce a
Mandy, una chica que quiere ser mecánica de karts, hermana de su rival, y a
Colin, un chaval negro con el que todos se meten y que pinta poco en el
metraje.
La historia, tipo “Karate Kid”,
pero con karts, la hemos visto mil millones de veces, hasta la saciedad, y
pronto te enfrentas a mil clichés y un guion previsible que adivinas a la
legua.
El objetivo de Jack es ganar y
conseguir a la chica de paso. En las subtramas, superar a su padre en una
partida grabada en una consola e intentar que su madre se enrolle con el
policía local de turno.
Quizás guste a la gente más
joven de la casa (los que tengan entre 40-45 años menos que yo), pero a mi ya
me agarra muy mayor para que me gusten este tipo de cintas… La dejo a vuestra
entera elección.
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