Mis Redes Sociales

Mis Redes Sociales.
Sígueme en YouTube Sígueme en Facebook Sígueme en Instagram Sígueme en TikTok  Sígueme en Twitter

jueves, 1 de agosto de 2019

Oda a Kirihito (edición en castellano 2004, Otakuland)



        De Osamu Tezuka (1926-1989) puedo contar poco. Sé que es el padre de “Astroboy”, y que, con veinte años, ya vendía miles de cómics en Japón. A partir de los años cincuenta ya le llamaban el “Dios del Manga”, y creó unos estudios, que no sé si siguen con actividad en la actualidad, que llegaron a ser un referente mundial en los inicios de los ochenta, en producción de cómics, autores, guionistas y películas de animación.

        Durante esta semana me he leído la trilogía “Oda a Kirihito” (Edición en castellano de Otakuland, 2004), que originalmente se publicó entre 1970-1971, y, que, sinceramente, me ha parecido muy interesante, a pesar del carácter de fotonovela que tiene en ocasiones, sobre todo porque da información sobre la sociedad internacional de aquella época, haciéndose eco del apartheid, del racismo, los conflictos internacionales por el petróleo que desembocarían en la crisis del 73, y el papel de la mujer en la sociedad japonesa.

        En la historia, un grupo médico investiga el Mal de Monmo, una extraña enfermedad que hace que el paciente se transforme en perro, y, que, finalmente, muera. Las discusiones entre los médicos están al día: ¿Es un virus, se contagia, es por el agua, es endémico de Japón? Kirihito es un joven médico japonés, que, investigando un caso, sufre una encerrona en una aldeucha, y sale de allí contagiado por la enfermedad.

        A partir de ese momento, su vida se convertirá en un infierno. Será perseguido, maltratado, golpeado, vejado, y todos los que se acercan a él sufrirán las consecuencias de dicho mal. Es curioso ver como casi todos los personajes femeninos acaban fatal.

        La trilogía, como digo, es interesante, pero muy densa. Son cerca de novecientas páginas, que, a veces, se te hacen cuesta arriba. Aún así, yo la he disfrutado, ya que es un clásico, y aporta cosas para reflexionar. Al final del tercer volumen, se habla de una enfermedad verídica, la enfermedad de Minamata, provocada por la presencia de mercurio en el pescado que consumen los nipones de dicha bahía, que es extrapolable al resto del planeta, por cierto, ya que la cantidad de mercurio, y de microplásticos vertidos al mar AL DÍA, es de varias miles toneladas en todos los mares y océanos.

No hay comentarios: