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sábado, 3 de agosto de 2019

Critters: Attack! (2019)



        Yo vi “The Critters” (1986) en el difunto cine López de Ayala de Badajoz, la semana de su estreno. Y, recuerdo, que, en su día, esas marionetas que venían del espacio, con forma de roedores, con una enorme boca y 580 dientes en la boca, cual pirañas peludas, rodantes y terrestres, me acojonaron mucho, junto a otros seres igual de peludos y de hijos de p. llamados “Gremlins”. La némesis de estos simpáticos bichos eran dos heavies o punkarras interestelares y cartuchos escopeteros.

        Aquello fue un bombazo, y claro, después vinieron tres películas más, de peor calidad, a subirse a un carro que no se llegaron a currar tanto. Ahora viene este “Critters: Attack!” (2019), que yo calculo que es la quinta entrega. Con cassettes, música ochentera de sintetizadores, y, afortunadamente, marionetas malas en vez de tanto jodido ordenador. Bebiendo de entregas anteriores, con escenas que recuerdan, a veces a la primera parte de los Gremlins, y presentando a Bianca, una critter femenina, blanca, con grandes pestañas y algunas sorpresas.

        En esta entrega, Drea, la protagonista, es una joven veinteañera, metida a niñera. Los critters comienzan a llegar y a cargarse a todo bicho viviente, mientras ella cuida de los dos hijos de una profesora y de su propio hermano. Allí donde van los cuatro chavales, van cayendo todos como moscas. Pronto, descubren que los bichos mueren, más bien estallan, cuando se les pone reguetón o cualquier disco de Operación Triunfo, tanto les vale, y se inicia una búsqueda desesperada por ponerles cualquier mierda que supere decibelios y niveles de inteligencia. Hay una batalla campal, en la cual cinco chicos se enfrentan a un ejército de critters, que es para echarse a carcajear de lo mala que es la escena, ya que el equipo de producción, seguramente, les tiraba las marionetas y ellos solo tenían que patearlas, con una música que ríete tú de Street Fighter, y cuyo resultado es 290 critters muertos y un tipo con una espina en la yugular andando por ahí, como si tal cosa. También aparece una “Mata Critters”, de unos noventa años, cuyo papel es casi testimonial y no viene ni a cuento.

        La película parece que la han hecho unos colegas, un fin de semana que estaban aburridos. Es bastante mala, los actores no son creíbles y el guion es para bostezar, pero afortunadamente dura una hora y media, y puede llegar a ser entretenida si te gusta el género. Hay que verla solo si eres muy fan de las películas. Por cierto, al igual que le falta humor, le falta terror.

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