“Blindado” en España, “Encerrado” en Hispano-América, es una película
estadounidense, remake de la coproducción hispano-argentina “4x4”, que trae
como dúo protagonista a Bill Skarsgard y a Anthony Hopkins.
Tengo que reconocer que
llegué antes a “Blindado” que a “4x4”, pero como ya expliqué anteriormente en
la reseña de la película argentina, necesitaba ver aquella primero para
enfrentarme al remake.
En “Blindado” nos vamos a
encontrar a grandes rasgos, por lo menos en su primera parte de metraje, lo
mismo que en “4x4”. Aquí más decorado con una subtrama de una nena, con los
problemas que arrastra de la calle y por la calle el protagonista, pero el
mismo concepto de Gran Hermano en un cubículo, aunque quizás aquí el auto es
más “Coche Fantástico” que el argentino, entendible porque los presupuestos no
son los mismos, y aquí añadimos calambrazos, música polca, cámaras, y quitamos
las referencias a Pepito Grillo en este escenario único que es el interior de
un coche blindado, donde las tensiones psicológicas están a flor de piel, y el
debate social, aunque presente, se nota menos que en “4x4”…
La segunda parte de la
película si que difiere totalmente de la película matriz, y he supuesto que ha
sido así porque recrear los últimos 20 minutos de lo que es la película
argentina en la sociedad estadounidense, no tendría el mismo efecto, el mismo
impacto, y hasta diría que no llegaría a encajar bien. Los yanquis no se
plantean tan abiertamente estos debates, lo resuelven con un francotirador y a
otra cosa. Aunque aquí el final es más redentor, eso sí, que en “4x4”, aunque
también puede ser la típica moralina y demagogia gringa en cuestiones sociales
a la que nos tienen acostumbrados.
La
película está dirigida por David Yarovesky, director que yo solo conozco por “Cuentos
al caer la Noche” (que tenéis comentada en el blog).
Pero… ¿De qué va
“Blindado”? En la trama tenemos a Eddie, un tipo con una malísima economía, que
le debe dinero a media ciudad. Padre de una nena a la que apenas puede atender,
decide abrir un todoterreno lujoso que se encuentra aparcado en mitad de un
descampado, junto con otros autos, y llama poderosamente la atención, por su
estilo y por el porte que se gasta el coche.
Una vez dentro del coche,
se ve incapaz de salir del mismo. El coche está controlado desde fuera por
William, un médico que se ha gastado una millonada en el coche, y del que tiene
absoluto control, de manera remota en conducción, cámaras, bloqueos,
climatización central, descargas eléctricas, y lo que es más importante, la
radio, ya que no le pone Tablero Deportivo, le pone música polca, que para un
reguetonero es como una cruz para un vampiro.
Eddie en su intento por
salir, se da un tiro, se orina y se bebe su propia orina, con las heces no
sabemos que hace, mientras van pasando los días y se va volviendo medio loco
con la verborrea que le suelta su vigilante todo el rato con llamadas y
tostonazos morales, aparte de ir urdiendo planes de escape, hasta que el propio
William hace aparición en el coche…
No he encontrado el
presupuesto de la película por ninguna parte, pero sé que solo el coche costó
1,3 millón de dólares, y que la película a recaudado a nivel global unos 4,6
antes de saltar a plataformas, por lo que han arriesgado y si han salvado
trastos ha sido de milagro, si le sumáis gastos en marketing, publicidad y
vainas variadas.
Como curiosidades, que
tiene muchas, os puedo contar algunas a bote pronto: Entre los productores de
la película se encuentra Sam Raimi. El rodaje se realizó en Vancouver (Canadá),
entre noviembre y diciembre de 2023 en solo 19 días y que se redujo bastante el
tema de localizaciones externas. Bill Skarsgard tuvo que rodar durante dos
semanas, planos en lo que hablaba solo y tirar mucho de su vena teatral para
hacerlo más creíble, y oler pescado crudo o podrido para poner determinados
caretos de asco claustrofóbico. La matrícula del coche, 18US3591, es una
referencia al “código 18 de los Estados Unidos, Sección 3591”, que alude a
personas condenadas a muerte por asesinato premeditado. Hay otra versión
brasileña de la película, “A Jaula” (2022), peor que no he conseguido ver ni
hacerme de ella, solo sé el nombre de su protagonista, un conocido actor de
telenovelas brasileñas, y algún fotograma que he visto por redes. Y, por
último, como ya os habréis podido imaginar, el papel físico de Anthony Hopkins
se redujo muchísimo, siendo su actuación principal la de hacer de voz
amenazante. El papel de mediador policial, que era muy importante en los
últimos 20 minutos de “4x4”, aquí desaparece totalmente porque el final es muy
diferente.
En definitiva: Con un
metraje de una hora y veinticinco minutos, he llegado a la conclusión de que,
como a la argentina “4x4”, le sobran perfectamente 15 minutos de trama para
contarnos lo mismo. Si la versión argentina planteaba varios debates y dilemas
morales, eso no lo he notado tanto en “Blindado” por mucho que William se
esfuerce. Aquí parece más bien un Batman anciano y retirado, como bien se dice
en la película, más que otra cosa, por lo que mete un bajón en ese aspecto
final.
Pocos actores, mensaje claro y claustrofóbico. Puede llegar a entretenerte, y recomiendo ver primero “4x4” antes que esta versión. Nota, un 5,5, y creo que la olvidaré más pronto que tarde, la dejo a vuestra entera elección.
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