La película de terror británica “La Sustancia” se estrenó en España en
octubre de 2024, y a pesar de que la gente se tiró a las taquillas enloquecida,
comprando entradas a diestro y siniestro, yo he preferido esperar a que se
pasara la fiebre varios meses antes de enfrentarme a ella, con mente fría y las
ideas claras.
“La Sustancia” viene de la
mano de la directora francesa Coralie Fargeat, que solo ha hecho media docena
de trabajos en los últimos años (no es criticar, es simplemente referir), y que
además es la guionista, productora y encargada de llevar los cafés a los
camerinos.
La película costó 17,5
millones de dólares, y a fecha de hoy (febrero de 2025) se aproxima a los 120
millones, y ya ha saltado a plataformas y streaming en España, y nos trae a un
trío de actores de sobra conocidos: Los veteranos Demi Moore y Dennis Quaid, y
la versátil y requeteguapisima Margaret Qualley (a la que ya le hemos dedicado
una reseña tanto por el blog como por el canal de Youtube: “Kinds of Kindness”,
que es una verdadera ida de pinza de película), que va a dar que hablar,
cinematográficamente hablando, en los próximos años… Al tiempo.
“La Sustancia” no me ha
parecido una película de terror para tirar cohetes. Bebe mucho del Terror
japonés de mi admirado mangaka Junji Ito (entre otros mangakas, porque podría
haber hasta más referencias), de la historia clásica del Doctor Jekyll y Mr.
Hyde, y se tercia hasta de la película de “La Mosca” en sus quince minutos
finales donde vamos a ver a la prima de Gollum en acción.
En la narrativa tenemos a
Elisabeth Sparkle (papel interpretado por Demi Moore), una estrella de
Hollywood, o al menos eso creemos porque le plantan al principio de la película
la típica estrella del Paseo de la Fama, que ha acabado con los años haciendo
el típico programa mañanero de aerobic, que aquí se puso muy de moda hace
cuarenta años con Eva Nasarre como protagonista.
Digo lo de Estrella porque no
hay referencias a sus posibles trabajos cinematográficos, solamente a su
trabajo como monitora televisiva de aerobic.
Elisabeth ve como poco a poco
su estrella se apagar, y su jefe, el productor Harvey (un histriónico y
sobreactuado Dennis Quaid) le da la patada debido a su edad, ya que busca
sangre nueva para su programa.
Mientras conduce a casa
distraída por lo que se le viene encima, ya que ha escuchado una conversación
telefónica de su jefe hablando mal de ella y del futuro que le espera, tiene un
accidente de tráfico que le deja el coche como un acordeón, aunque ella
milagrosamente sale ilesa del mismo.
Estando en la sala del
hospital, un joven enfermero le pasa un pen con unas películas piratas, fotos
raras de unas vacaciones en Matalascañas y bajo el nombre de La Sustancia, un
exclusivo suero que tiene que ir a recoger a un punto exclusivo ubicado en un
barrio medio abandonado de la ciudad.
Este suero, que solo está a
disposición de unos pocos en el Mercado Negro, genera una versión “Más joven,
más hermosa y más perfecta” de uno mismo cuando te lo inyectas. Solo hay que
meterse el suero en vena, y tu doble mejorada, más joven, la más perfecta de
tus versiones nace de la espalda dejándote de paso la columna vertebral como
nueva.
Tras ese proceso la Matriz
Original queda en estado catatónico y la nueva versión solo tiene que coser la
espalda de su Matriz con aguja e hilo para que no se le salga la columna
vertebral, la pleura o los riñones por la apertura de dos metros que te deja
parir por la espalda y sin anestesia, y a vivir una semana.
Cada día, Sue, que es la nueva
versión, deberá mantener viva a su Matriz, y a la semana, el proceso se
invierte, y es Sue la que queda inconsciente y despierta a su Matriz,
Elisabeth.
Durante su tiempo, Sue
recupera la vacante dejada por Elisabeth en el programa de Harvey, y a
Elisabeth le da por comer como lo haría un animal de granja estabulado.
Pronto, los malos rollos
surgen entre las dos, que en teoría son una, como la Santa Trinidad, pero sin
Espíritu Santo, y el cuerpo de Elisabeth comienza a volverse decrépito por
culpa de Sue, que decide comenzar a vivir su propia vida hasta que las
consecuencias también le llegan a ella, primero poco a poco, y después
inexorablemente.
En definitiva: Aparte de las
citadas referencias que di al principio, “La Sustancia” tiene mucho de la serie
también británica “Black Mirror” (que, por cierto, es muy recomendable). Es una
puesta en escena, que no reflexiones, pues no ahonda, sobre la vejez y el miedo
a envejecer, la soledad, la muerte, la falsedad, la envidia, el culto a la
belleza y a la eterna juventud…
Con un nivel técnico de efectos y una fotografía de aúpa,
pero que abusa de los primeros planos, unos trescientos en las dos horas y
cuarto de metraje, y donde, precisamente, con media hora menos, hubiera
funcionado mejor. Final surrealista y gore a partes iguales, muy japonés con
ochocientos hectolitros de sangre. Guion absurdo y bastante malo, y si me
pusiera, le sacaría una docena de errores, pero tengo que reconocer que a mí me
ha entretenido por mala, que hasta me he soltado un par de risotadas y no es
una comedia.
Me lo he pensado mucho y creo que le voy a dar un 4,5. Es cierto que he aprobado películas peores, pero esta a pesar de todo no me llega a convencer y me cuesta recomendarla. Si la veis, me comentáis.
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