Basada en una novela de Rachel Yoder de 2021 que no me he leído, ni me
pienso leer, y presentada en el Festival de Sitges como una película de terror
durante 2024, y es que la maternidad puede ser terrorífica, “Canina” es una
producción estadounidense de una hora y treinta y cinco minutos de duración que
nos trae a Amy Adams como protagonista de una historia que bebe de diversas
fuentes.
La película viene financiada
por Disney, pero no se ha estrenado en las salas españolas de cine, aunque yo
había leído que se iba a estrenar el 5 de diciembre de 2024, y ha salido
directamente en streaming el 24 de enero de 2025, que es como la he visto yo
finalmente.
Aun así, desde un punto de
vista económico, el porrazo se lo han dado, porque el presupuesto ha sido de 20
millones de dólares y los beneficios en la primera semana en plataformas, en el
caso español en Disney+, apenas han llegado a los 170 mil dólares.
Con toques de comedia, y con
muchísimo terror en forma de Maternidad, “Canina” hace una interesante
reflexión del hecho de ser madre, y Amy Adams, que también es la productora lo
borda bastante bien…
La dirección corre a cargo de
Marielle Heller, que además se encarga del guion, de los cafés, y que era una
de las actrices que salía en “Gambito de Dama”.
“Canina” explora
los cambios físicos y psíquicos que sufre la mujer en la maternidad, no durante
el embarazo, si no a posteriori, y dichas transformaciones te pueden convertir
en una perra, igual que a Kafka su vida familiar en un insecto parecido a una cucaracha…
Porque… No era una cucaracha, era otra cosa rara.
¿De qué va “¿Canina”, qué te
vas a encontrar en su narrativa? Una artista y su marido, pareja feliz donde
los haya, que se llevan genial y todas esas cosas, deciden ser padres. Lo que
parece una buena idea, acaba convirtiéndose en un infierno para ella, que tiene
que abandonar su trabajo como artista para hacerse cargo del nene 24/7,
mientras su marido sigue trabajando fuera de casa, y cuando llega no colabora
en nada en la crianza del chaval.
La vida de ella es pura
repetición, el Hades y todas sus salas infernales se quedan cortos para lo que
tiene que sufrir en su día a día, que es completamente terrible.
Poco a poco, comienza a experimentar cambios físicos y
mentales, que la acaban convirtiendo en una perra que sale de noche con otros
perros y perras que le rinden pleitesía, a corretear por el barrio, cargarse
animales, enterrarlos, olfatear y supongo que cumplir con el ritual canino del
apareamiento entre firulais, aunque esto último no sale en la película.
De manera paralela, conoce a otras mujeres que han pasado
por la horrible experiencia de ser madre y tener un hombre al lado que no sirve
para nada. Su único deseo es poder descansar, darse una ducha o relajarse con
amigos, además de volver a trabajar en el Mundo del arte, como hacía
anteriormente a quedarse embarazada.
Llegado a este punto ya sabes por qué se estrenó en Sitges, y te imaginas a la gente en la sala gritando de terror, saliendo de la sala despavorida o tirándose por las ventanas del edificio, si no directamente a las vías del tren, porque esto es peor que cuando vi “El Resplandor” con nueve años.
Como solución se separa de su marido, y parece ser la
solución, porque con él fuera de la ecuación y cumpliendo como padre por primera
vez, ella retoma su trabajo, vuelve a pintar, a crear, mientras que él
sobrevive a base de espaguetis en un piso de 48 m2 que le sale el alquiler a
1900 dólares, y sufre las consecuencias de haber sido un mal padre, y un mal
marido. Él, conoce el terror.
Mientras, ella, que se ha quedado con la casa y
posiblemente con todo lo que existe, sale por las noches a perrear, a ladrar y
revocarse en todos los sentidos por la hierba, la tierra, que para eso tiene
mamas nuevas en el abdomen, seis creo recordar. Además, mata al gato
cruelmente, algo que hará que mi nota final de la película baje
considerablemente.
Llegado el día, inaugura una exposición con sus amigas como protagonistas de sus cuadros, de su arte puro y duro, donde vuelca todas las frustraciones vividas, todo el dolor por haber parido y criado a un rubiales capullo que anda siempre en pañales y es un desagradecido. Él se da cuenta de que ha sido un malvado, un horrendo padre/hombre/marido y currante medio estadounidense.
Así que, en
los últimos compases de la película, la pareja parece volver a estar junta, con
el terrorífico nene que es malvado, diabólico, malévolo, mediante… Y el epilogo
se resume en ella pariendo una vez más, esta vez una nena al parecer, en el
salón de casa, asistida por una parturienta random y el marido. Por lo que
deducimos que ella no ha aprendido absolutamente nada, y es posible que en su
próxima transformación sea un ornitorrinco. La moraleja es: No seáis madres, no
seáis padres, y si podéis ni os juntéis ni os toquéis.
En definitiva: Bien de metraje. Buena actuación, interpretación, de Amy Adams. “Canina” es reflexiva, interesante, con buenos toques de humor y todo el terror inimaginable que le corresponde al hecho de traer nenes a este mundo de lágrimas, evitará que alguna se decida por ser madre, y se lo piense ochenta veces… Lo del gato me ha marcado y no pienso perdonarlo. De nota le doy un 5 raspado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario