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sábado, 5 de abril de 2025

Efectos Secundarios (2025)

 


Hace un par de meses, algunos de vosotros me hablasteis, y algunos me pedisteis, que hiciera una reseña de la serie de animación “Efectos Secundarios”, una serie de animación, que, curiosamente, ha pasado tristemente desapercibida para la inmensa mayoría del público, hasta donde sé, al menos en España.

        Durante el mes de marzo, he tenido la oportunidad de verme los diez episodios (de unos veinte minutos cada capítulo) de su temporada única, aunque hay una segunda temporada en marcha, que según dicen algunos mentideros cinematográficos españoles, se estrenaría a finales de 2026, y hasta que no la he visto entera y la he digerido, no he querido ponerme a opinar sobre ella. Y digo bien lo de digerir porque “Efectos Secundarios” es la típica serie que muchos sectores económicos de la sociedad no querrían que vieras. Es una serie que puede llegar a incomodar y crear cierta inquietud, pero creo que ese es su objetivo desde el principio y lo consigue con creces, con unos toques muy buenos de humor, cierto realismo mágico y… de condimento, hongos azules peruanos.


        Mucha gente desgrana una serie desde el primer episodio, desde los primeros veinte minutos del primer episodio… Pero yo, la verdad, no soy capaz de juzgar una serie, una película, un cómic o un libro, sin haberlo concluido entero… Serán cosas de Boomers, digo yo.

        De entrada, os puedo decir… Os puedo asegurar… Que creo que es una de las mejores series que he visto, independientemente que sea de animación, o no, en mucho tiempo, y que creo que es una de esas series casi imprescindibles para los tiempos que corren, que parece que pasan desapercibidas para el público en general, pero que, desde luego, son de las marcan y dan que hablar…


        “Efectos Secundarios” toca varios palos, y abre varios melones sociales, dialécticos, filosóficos, que son muy interesantes a tener en cuenta. Es una serie dirigida a un público adulto que pueda hacerse determinadas preguntas sobre la salud, nuestra salud, sobre quienes manejan los hilos de las farmacéuticas, de qué manera, con qué fines, que te podrás imaginar que son meramente económicos y que realmente la gente les suele importar una ñorda pinchada en un palo.

        En la narrativa tenemos a Marshall y Frances. Marshall es el típico hippie que viste una camisa abierta y lleva un sombrerito. Va siempre con el torso medio desnudo por ahí, es tripón, barbudo y ha pasado un tiempo en la selva peruana, donde ha descubierto cierto hongo azul que es capaz de curar enfermedades como el Alzhéimer, e incluso regresarte de la muerte en un último momento.


        Traer el hongo, y su tortuga Sócrates, a Estados Unidos casi le cuesta la vida, pero cree en un objetivo alto, noble y altruista, como es llevar la cura de todas las enfermedades a cualquier hijo de vecino, y pronto se van a cruzar en su camino las farmacéuticas estadounidenses, que, por supuesto, tienen y quieren impedir que Marshall se salga con la suya, junto al propio gobierno estadounidense.

        Un encuentro fortuito con una antigua compañera, Frances, le cambiará la vida, o mejor dicho, a ambos, ya que Frances, que trabaja para una farmacéutica en horas bajas, algo que le oculta a Marshall desde un principio, vive una vida anodina con una pareja al que no quiere, una madre con alzhéimer y un voraz jefe que quiere sobrevivir como sea al destino al que se enfrenta la empresa.


        A partir de esa premisa, tenemos diez episodios que te enganchan desde el principio hasta el final, donde vamos a ir viendo como Marshall es traicionado prácticamente por todos, con grandes dosis de drama, sátira, acción y un humor muy característico, al igual que el dibujo de los personajes, que son cabezones, a mi me han recordado mucho a los cabezudos que veían en los desfiles y cabalgatas cuando era pequeño hace 40 años, y donde no puede faltar el Italo-disco alemán, y el surrealismo de las alucinaciones provocadas por los hongos, un tanto Dalí, un tanto Miró, un tanto Magritte…

        Los secundarios que presenta la narrativa también son de lujo, como una pareja de agentes del FBI. Él, negro heterosexual, ella blanca lesbiana, que plantean también una curiosa relación de amistad profesional, y no pueden faltar los hippies traicioneros y falsos, o los tipos del Medio Oeste Americano que adoran las armas y que no son muy inteligentes.


        Tiene sus altibajos, sus giros argumentales increíbles, pero repito, querrás ver todos los episodios, y no pararás hasta verlos todos hasta el final.

En definitiva: Una serie que quizás no te cuente nada que no sepas, o que ya sospecharas, pero que es tan interesante y didáctica (creo que se puede usar esa palabra, didáctica), que no me extraña que haya renovado para otra temporada.

        Es una auténtica bofetada en todos los sentidos, y a mi me ha encantado. De nota le doy un 7,5, y creo que no exagero, de verdad… Echadle un vistazo.

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