Tengo
50 años, y si tuviera que decir uno de los hitos musicales de los años ochenta,
posiblemente, entre los varios (o más bien muchos) que se me vendrían a la
cabeza, estaría “We Are The World”, aquel hit que marcó en los primeros meses
de 1985 un antes y un después en la historia de la música, no solo a nivel
estadounidense, sino que yo creo que mundial.
Y
es que aquella canción, que corrió a mano de Lionel Ritchie y Michael Jackson,
logró reunir a 45 artistas, entre los que estaban, aparte de ellos dos: Stevie
Wonder, Tina Turner, Diana Ross, Bruce Springsteen, Bob Dylan (que fue el alma
de la fiesta), Ray Charles, Billy Joel, Harry Belafonte y otros tantos que
tuvieron que dejar en la puerta egos y rivalidades para cantar una canción, que
pusieron en pie durante una noche y que creo que será muy difícil que nadie
pueda volver a igualar en muchos aspectos.
Hace
unas semanas, Netflix ha estrenado en España el documental “La Gran Noche del
Pop” (2024), título que creo que no es muy justo con los diferentes estilos que
había allí, pues no todo era Pop en aquella reunión de artistas que se unieron
para crear un himno que despertara conciencias frente al hambre en África,
concretamente pensando en Etiopia, pero casi que me ha dado igual el título
cuando me he puesto a ver el documental, y me ha recordado aquel 1985 donde
tuvimos este hit hasta en la sopa, copando todas las listas musicales del
momento. Parece que estoy oyendo al Gran Joaquín Luqui en los 40 Principales
diciendo aquello de “Hola, Hola, Hola… Tú y yo lo sabíamos”, mientras daban
entrada al tema en cuestión.
“La
Gran Noche del Pop” comienza con una entradilla, una presentación de créditos
muy ochentera, donde vemos la creación de las casetes musicales que pasan por
cintas transportadoras a toda leche. Esas mismas cintas que mis alumnos hoy en
día no saben usar, y que no saben que relación tenían con un bolígrafo Bic, y
de las que yo aún atesoro alguna por ahí perdida en algún cajón.
Prácticamente
presentado por Lionel Ritchie, vemos desde el principio el origen de la
canción, cómo se produjo, con quién se contaba o se quería contar, la creación
de la letra en la habitación de Michael Jackson, en la casa familiar que tenían
los Jackson en Encino (California), el papel de Quincy Jones, la elección de
los Estudios, así como los participantes totales en la grabación de la canción,
que entre técnicos y artistas se acercaban a los sesenta y que fueron
convocados bien tarde, después de una entrega de premios, donde el propio
Lionel Ritchie arrasó y Prince, que no quiso participar en el proyecto, venció
con su “When Doves Cry” al “Thriller” de Michael Jackson (hecho para mi
desconocido, por cierto, y que me ha sorprendido).
Muchos
de los participantes en aquel evento ya han fallecido, pero es verdad que me
esperaba una participación más nutrida de artistas en este documental (tenemos
por ahí a Cindy Lauper, Bruce Springsteen…), porque creo que el evento da para
más de la hora y media de metraje, y del que no me voy a quejar como viene
siendo habitual en mí. Eso sí, yo creo que casi todos los que tuvieron algo que
ver con el equipo técnico, producción y realización, y que no han fallecido,
tienen su hueco.
En
el final, hay algunas declaraciones de Harry Belafonte que no se han doblado al
español, y no me han salido en subtítulos, pero ello no me ha sido óbice para
disfrutar de un buen rato, de un buen documental que me ha traído muchos y
buenos recuerdos, y con un final de Lionel Ritchie, hablando desde el estudio
en que toda aquella magia sucedió, muy emotivo.
Hoy tiro la casa por la ventana: De nota le doy un 6,5 y os recomiendo verlo. Si tenéis más o menos mi edad, supongo que sabréis de lo que os hablo, y si no conocisteis esta canción y este evento cuando salió, que acabó vendiendo millones de copias y recaudando millones de dólares para Etiopia, merece la pena echarle un vistazo a este pedazo de la Historia de la Música…
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