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miércoles, 30 de abril de 2025

Vampira humanista busca suicida (2023)

 

De entrada, me ha hecho gracia el título de esta película canadiense de 2023, rodada en francés, “Vampira humanista busca suicida”, que, salvando las distancias, estoy seguro que Tim Burton la disfrutaría mucho y que haría su propia versión, y por el otro lado, ha conseguido que en el último minuto de metraje diera un bote en la silla, ya que la canción que cierra la película es de 1970 y en español… “Drácula ye-ye” de Andrés Pajares.

Películas, libros… Historias de vampiros que no quieren ser vampiros, o al menos no cumplir con su papel como tales y dejar un rastro de sangre, y muerte a su alrededor, bajo la incomprensión de sus allegados y familiares, creo que ya conocemos algunos ejemplos.


Es verdad que quizás que esta sea la primera película en la que la vampira sea canadiense francófona y emo, y que se eche un amigo adolescente que se quiere quitar de en medio porque no le gusta su vida, y está viviendo una situación que él considera difícil.

Pero ya hemos visto vainas parecidas a esta, y aunque entretenida, y con algunos puntos humorísticos, protagonizados más por la familia de vampiros que por el resto del personal, quizás no sea una película que te vaya a llenar el ojo.


        En nuestra narrativa de una hora y media de metraje, la vampira protagonista, Sasha, ansía poder vivir sin tener que sorber bolsas de sangre, pero no quiere hacer daño a nadie, y le asquea eso de tener que ir mordiendo yugulares, y el amigo, quiere quitarse de encima, juntando el hambre con las ganas de comer. Así tenemos un poco de drama, un poco de terror blandito (nos van a ahorrar escenas morbosas) y el humor al que os hacía referencia.

        Sasha es una vampira de 68 años, apariencia adolescente, que vive en una casa junto a sus padres, una tía y una prima. Vive rodeada de libros, discos antiguos, y tiene una estética un tanto gótica, un tanto emo. Todos los días, o mejor, todas las noches, recibe la incomprensión de su familia, y es algo que ella, en su búsqueda de identidad, y en su inusual empatía hacia los humanos, lleva muy mal.


        Ya que por un lado no le han salido los colmillos, no siente la sed de sangre ni de matar como cualquiera de su especie, y, por otro lado, parece ir contra natura en sus pensamientos y acciones.

        El tema humorístico comienza cuando sus padres le cortan el pienso y la mandan a cazar por sí misma, junto a Denise, una prima algo mayor que ella, más tradicional, que se carga a chicos jóvenes como el que oye llover.


        En una de estas salidas nocturnas conoce a un adolescente, Paul, que sufre acoso escolar y laboral, y se quiere quitar de en medio. Ambos llegan a una especie de acuerdo, por el cual Paul se ofrece, pero antes debe cumplir una serie de deseos que tiene pendientes.

Así, juntos, Sasha y Paul emprenden una aventura nocturna para cumplir los últimos deseos de Paul, lo que les va a unir más, y donde ambos van a confiar el uno en el otro. Y mientras avanza la noche, les surge la posibilidad de que Paul se convierta en un vampiro que acompañe a la triste y desolada Sasha, que cada vez entiende más algunos sentimientos humanos.


        En definitiva: Poco más se puede comentar de una película que busca el entretenimiento, algo oscura en el sentido de que casi todo el metraje lo vemos cuando los vampiros están activos, y no cuando duermen.

        Es una película que posiblemente me hubiera entusiasmado más hace cuarenta años, pero hoy por hoy, ha logrado sacarme alguna sonrisa entre escena y escena, entre ese terror suave que os comentaba y el drama que gira alrededor de Sasha, y del tema de los suicidios adolescentes, que no es ninguna broma, como tampoco lo es el tema del acoso escolar, pero que sabe manejar con bastante maestría, con sensibilidad, sin caer en el morbo, o en lo escabroso…

¿Olvidable? Si. A pesar de que su metraje es solo de una hora y media, creo que le sobra, aún así, sus 15-20 minutos de rigor, porque hay momentos en los que gira sobre si misma durante demasiado tiempo. Pero solo por el toque que le da a todos los temas comentados, le voy a dar un 6 de nota, y la dejo a vuestra entera elección.

sábado, 26 de abril de 2025

La Batalla de Montecassino (2024)

 

       Siendo uno aficionado a la Historia en general, y teniendo la Segunda Guerra Mundial como uno de mis temas favoritos, mi alegría al ver la posibilidad de ver una película relacionada con uno de los hitos bélicos más destacables del conflicto, como fue la Batalla de Montecassino, que se llevó por delante a miles de hombres de diferentes nacionalidades que se dejaron la vida en aquel monasterio medieval italiano, unos defendiéndolo, los alemanes, y otros al asalto del mismo: Franceses, británicos, marroquíes, indios, estadounidenses y polacos, entre otros muchos, pues fue mayúscula…

        “La batalla de Montecassino”, película polaca de 2024, me ofrecía la posibilidad de ver, quizás, una gran producción, pero os tengo que reconocer que me he encontrado con una película sin alma, bastante aburrida, a la que he acabado llamando “La Batalla de Montecansino”, ya que sus dos horas de metraje me han parecido bastante insufribles, quizás no tanto como lo que tuvieron que sufrir aquellos combatientes, que imagino sucios, temerosos, pero obcecados por no soltar ni un centímetro de terreno al enemigo… Eso no lo vas a ver aquí.


        En la narrativa de esta película, vamos a comenzar por una extraña escena, que a mi no sé por qué, me ha recordado a una serie que veía hace más de treinta años, “Las aventuras del joven Indiana Jones”, en la que un chico roba medicamentos de un hospital británico en Irán y huye por escenarios de papel-cartón, con una escenografía regulera.

        Después nos centramos en nuestro protagonista en sí, y nos cuentan la historia de Jedrek, un joven polaco, huérfano para más señas, que huyó de un gulag soviético, como otros tantos, y se unió al II Cuerpo Polaco que avanza por el sur de Italia acompañando a los aliados que se topan con la línea Gustav en su camino hacía el norte, siendo parados desde enero hasta mayo del 44 en Montecassino, monasterio defendido por paracaidistas alemanes.


        Donde las demás naciones han fracasado, nuestros aguerridos polacos van a triunfar, con arrojo, tesón, y dejando cientos de bajas en el intento, siendo Jedrek uno de los soldados polacos al asalto, que vive algunas subtramas sinsentido mientras avanza hacia la cima, siendo aquello un tanto culebrón venezolano.

        La película carece de gancho, carece de puño, carece de alma, algo que ayuda una música insulsa, cuatro vehículos de atrezo, un escenario que no te crees, con seis gatos al asalto. Soldados pulcramente vestidos (como aquellos vaqueros y pistoleros de las películas de John Wayne, de John Ford, de camisas bien planchadas), un tipo que se pasea con un pañuelo palestino durante todo el metraje, gente que va y viene, que se pasea por delante de la cámara como para intentar llenar espacios vacíos, ambientaciones poco creíbles y escenas de acción bastante cutres (algunas en primera persona, al más puro estilo Doom, otras con una cámara borracha que no se mantiene en pie), a lo que hay que añadir un cachondeo en el frente, una soberbia y arrogancia, que nos tiene mal acostumbrados el cine yanqui, pero que a los polacos no se la voy a dejar pasar.


        ¿Y el enemigo? El enemigo es invisible y no vamos a comenzar a verlo hasta poco antes del final de la película, protagonizando luchas cuerpo a cuerpo de patio de colegio, dando la sensación de que no hay más de ocho actores haciendo de alemanes y si acaso.

        Quizás la culpa sea mía por haberme hecho ilusiones, pero “La batalla de Montecassino” es una película que me ha parecido excesivamete larga para lo que ofrece, con altos niveles (repito) de cutrez, y que podría ser un mejor producto con media hora menos de metraje y menos dramas y subtramas absurdas.

        ¿Merece la pena? No, no os molestéis. ¿Nota? Un 4 y creo que es mucho.

miércoles, 23 de abril de 2025

Wilusiya. Las últimas horas de Troya (Yermo Ediciones, 2025)

 

         ¿Te interesa el cómic "Wilusiya. Las Últimas horas de Troya"? Te paso enlace de compra al mejor precio (Amazon España). Pincha en la imagen superior, la de la portada. Te va a gustar. Garantizado. 

           Como me gusta mucho el cómic histórico, no he podido resistirme a comprar, y leer con avidez, este tomo titulado: “Wilusiya. Las Últimas horas de Troya”, un cómic de tapa dura, publicado por Yermo Ediciones en 2024, con un dibujo, y una historia, de esas que quitan el hipo.

        Y sé que alguno me dirá, que ya me ha pasado en alguna ocasión, que la Guerra de Troya no fue un hecho histórico porque la Ilíada esto y aquello… Pero, sin embargo, sabemos que la Troya histórica existió, habitada desde el Tercer Milenio a.c y ubicada en Anatolia, la actual Turquía, junto al estrecho de los Dardanelos, en un lugar estratégico entre el Mediterráneo y el Mar Negro.


        Perdida durante siglos, olvidada, y caída en el mito, fue redescubierta en el S.XIX, por el arqueólogo, y millonario prusiano, posteriormente alemán con la unificación, Heinrich Schliemann, y hoy en día, desde 1998, el yacimiento es considerado Patrimonio de la Humanidad.

        ¿Quieres conocer cómo fueron las últimas horas de Troya? Partiendo desde la Ilíada, pero con un punto de vista histórico, este cómic te lo muestra…


        Lo primero que destaca el cómic es el propio nombre de la ciudad. Troya para nosotros, para los hititas, que recogieron un tratado entre ellos y la ciudad, fue Wilusas, aunque como bien aclaran los autores del cómic, para facilitar su pronunciación, y porque suena sedoso como un buen gato, gordo y ronroneante, han elegido Wilusiya.

        El cómic viene de la mano del guionista Mikael Coadou, el dibujante Benjamín Blasco-Martínez y la colorista Émilie Beaud. Os tengo que confesar que no tenía nada de los tres hasta este cómic, y me ha gustado mucho, ya os adelanto, aparte del dibujo, por el enfoque que dan, ya que no solo vamos a ver la caída de Troya desde los puntos de vista griego y troyano, sino también desde el punto de vista de los hititas, que tienen sus propios problemas, y aunque teóricos aliados de los troyanos, van a dejarlos caer sin mayores contemplaciones.


La historia se sitúa en el año 1270 a.C., durante el asedio de Troya por parte de los griegos liderados por Agamenón, que, como bien sabemos, no son capaces de lograr asaltar ni rendir la ciudad tras años de guerra y asedios infructuosos.

A la par, en Hattusa, capital del Imperio Hitita, el rey Hattusili III enfrenta sus propias luchas internas y decisiones políticas, ya que gran parte de su pueblo lo considera un usurpador, un déspota al que hay que quitarle el trono, si puede ser, por las bravas.


El rey Príamo de Troya solicita ayuda a su aliado Hattusili a través de mensajeros, por el tratado que les une, y este debe decidir si intervenir en el conflicto o permitir que griegos y troyanos se destruyan mutuamente, aunque se inclina más por resolver los asuntos internos que tiene en casa, y pasar de los troyanos.

Una de las diferencias que vas a ver respecto a otros cómics es que aquí no vas a ver dioses aparecerse, o mezclarse con los héroes. Se prescinde del mito lo máximo posible, lo cual no es óbice para ver a los hititas consultando a sus divinidades, o a Laocoonte y sus hijos caer por unas serpientes marinas a pie de playa, pero, sin embargo, apuesta más la narrativa por el realismo y por la representación de unos hechos muy bien documentados y que te van a llevar a la Edad del Bronce, sin fantasías en vestimentas, armas o arquitecturas.


        El dibujo de Blasco-Martínez ayuda mucho para conseguir ese realismo histórico, que se apoya además, y es algo que siempre disfruto mucho en este tipo de cómics, en un dossier final escrito por Markus Egetmeyer, profesor de lingüística griega en La Sorbona, que explica los eventos históricos representados en el cómic, desde la geografía donde se desarrolla el cómic, hasta la lengua hitita, el tratado entre los hititas y troyanos, la llegada al poder de Hattusili y el tema del mito alrededor de Troya.

        Por lo que al final tienes en la mano un cómic extremadamente riguroso, honesto, entretenido y didáctico a partes iguales, donde cualquier aficionado a la historia, al cómic histórico y a la Guerra de Troya, va a disfrutar.


        El enfoque hitita es algo completamente novedoso. No vamos a ver a Aquiles, Héctor, Paris, Helena y todo el culebrón que les rodea, y si los tejemanejes políticos de la zona, sin héroes ni actos heroicos, incluyendo al propio caballo, más como celada o trampa, que como un peón mitológico más. Por todo ello, creo que es un cómic que merece mucho la pena. ¿Su precio? 20 euros.

martes, 22 de abril de 2025

Parthenope (2024)

 

        Hace un año oí hablar de “Parthenope”, película italiana de 2024 del director y guionista Paolo Sorrentino, que colecciona premios nacionales e internacionales como churros, y que además es productor de esta película, que la ha creado como un homenaje a su ciudad natal, Nápoles.

        Lo que oí o leí, ahora no lo tengo muy claro, es que la película era como un anuncio de colonia de dos horas, frase que me hizo mucha gracia y que me he apropiado indecentemente, todo hay que decirlo, para la miniatura de la reseña del canal.


        Ya en los primeros compases de esta producción de dos horas y diez minutos, te das cuenta que estas ante una película que no es de las habituales que suelo ver y comentar. Ojo, tampoco es que me pille de sorpresa, porque en este cine de Sorrentino hay mucho Realismo Mágico, Barroquismo, Poesía, Existencialismo Filosófico, Surrealismo, el esperpento de Valle Inclán y el ojo de Fellini, todo amasado sabiamente. Este Sorrentino, he podido comprobar, sabe lo que se hace, y en “Parthenope” hay mucho que comentar y analizar, pero yo no quiero irme por las ramas…

        En la mitología griega, Parthenope fue una sirena cuyo cuerpo fue enterrado en una playa napolitana, y de ahí, quizás, que la protagonista de la película nazca en una playa de Nápoles, y se llame de esta manera.


        Ya desde los primeros compases, sabes que la película tiene mucho de simbolismo, de tintes de surrealismo, y, efectivamente, de anuncio de colonia. La primera hora hasta podría ser un videoclip perfectamente, y la música, que para mi es muy adecuada, ayuda a que lo veamos así.

        No vemos la niñez y parte de la adolescencia de la joven Parthenope, su nacimiento y el tiempo se va a años concretos de su vida. La vemos en una fase cercana a la adultez, con la mirada puesta en la carrera de Antropología, y rechazando otras posibilidades como la de la interpretación. Bella a rabiar como es la actriz Celeste Dalla Porta, levanta miradas y deseos allí por donde pasa.


        Parece que todos están muy interesados en ella, en lo que debería ser o lo que debería hacer, pero ella solo está interesada en un autor literario estadounidense, un Gary Oldman fugaz, que está ya de bajada y sin frenos.

Alcoholizado, y perdido en el tabaco, (en la película se fuma unos dos millones de cajetillas en sus dos horas de metraje, es algo que me ha llamado mucho la atención), el autor parece que por un momento le va a abrir una puerta que Parthenope no llega a atravesar, y es, posiblemente, un guiño a lo que podría haber sido su vida. Pero nuestra protagonista solo quiere saber qué es la antropología, pregunta que se va a hacer en muchas ocasiones, recibiendo cada vez una respuesta diferente, mientras mantiene un vínculo fuerte, y a la vez un tanto extraño, con su hermano.


        El amor, un tanto raro, con su hermano y su posterior suicidio la marcan, y los hombres, riquísimos, pero casi todos vacíos de moral, solo pasionales, se le acercan, mientras que ella cambia aquella admiración por el autor estadounidense por el de un viejo profesor de antropología, que vive solo, parece siempre ser un huraño, y cuida a un hijo que no vamos a ver hasta el final del metraje y que es un tanto especial.

        También tiene relaciones con mujeres, como con una profesora de la Universidad y encuentro surrealistas con divas y gente que simplemente pulula por su vida, entran y salen mientras como espectador pareces asistir a una especie de cuadro viviente, muy visual, pero con una narrativa que no sabes bien por donde va a tirar.


        En la segunda hora, mantiene una relación un tanto extraña con un cardenal mientras estudia la licuefacción de la sangre de San Genaro. No sé por qué, pero he pensado que esta parte le hubiera encantado a Salvador Dalí. Hay una crítica en este aspecto feroz a la Iglesia que aparenta, que no cree o que es falsa en su propia fe y defensa.

        Después ya viene un nuevo amor que tampoco madura, y parece que en la belleza de Parthenope está la propia maldición de la soledad. La jubilación de su viejo profesor de Universidad que le busca un trabajo en la docencia, a modo de despedida, y la vejez de Parthenope, su propia jubilación, que vemos en los últimos compases de la película, volviendo al hogar, con unos seguidores de Nápoles cantando… Y ahí, parece que toda aquella magia anterior ha desaparecido, aunque ella sonríe.


        En definitiva: A mi me ha gustado mucho, a pesar de que a ratos se me ha hecho larga, y su narrativa te da la sensación de estar rota, y de ser una sucesión de escenas no siempre bien cosidas, pero, por el contrario, me ha gustado en su imagen, en su estética, en la presentación (más la primera hora, más mágica, que la segunda). La dirección artística, la fotografía, la música… Todo fantástico. ¿Nota? Le doy un 6,5. Ya me diréis que os pareció a vosotros.

domingo, 20 de abril de 2025

Las hijas del Califato (2025)

 

        Tremenda película la producción francesa “Las hijas del Califato”, de 2024, que a pesar de que su título original era “Rabia”, aquí en España hemos rebautizado de esta manera, porque si… Porque Rabia no nos gustaba o no expresaba lo que el tipo de turno quería… Pero, en fin, tampoco está mal del todo, pero son cosas que me llaman la atención.

        He llegado a ella porque cuando vi “Amal”, película belga de 2023, una de las cosas que más me gustó fue la actuación de su protagonista, la actriz belga Lubna Azabal que lleva más de 60 películas a las espaldas, y que hacía un papelón como profesora de secundaria brutal… Película que, si no habéis visto, os reitero su total interés. Me pareció muy buena.


        Y hasta ahora, no había podido ver “Las hijas del califato”, que podríamos decir que es la ópera prima de la directora, guionista y montadora francesa, Mareike Engelhardt, que hasta la fecha solo había hecho pequeños cortometrajes, y que, con este, su primer largometraje, ha hecho una película de esas que incomodan, de las que rascan y que no a todo el mundo le gusta, y que no deja de ser una parte de la Historia de las que pocos hablan…

        Mientras la veía, he pensado que esta es la película que los creadores, los guionistas de “El Cuento de la Criada”, no tuvieron los huevos de hacer, y tiraron por la tangente más fácil. ¿Para qué inventarte una realidad paralela en unos Estados Unidos ficticios donde la vida de una mujer no vale nada y el extremismo religioso manda? Si lo tienes aquí y es completamente real.


“Las hijas del Califato” no lleva hasta Raqa en Siria, año 2014. Está basada en hechos reales, en testimonios de chicas jóvenes, europeas, pero también del resto de continentes, que dejaron atrás sus vidas, se convirtieron al islam por miles y se unieron al Estado Islámico, que, para ellas en ese momento, supongo, era lo más de lo más.

        La película no es una crítica ni te justifica lo que hicieron o lo que decidieron, solo muestra los hechos. Desde un principio seguimos a dos jóvenes francesas, Jessica y Laila, que se sienten vacías en sus vidas, son desdichadas y sus emociones, o su creencia en que pueden reconducir sus vidas, las lleva a la Siria del Estado Islámico, con una alegría desbordante, como la que va a un campamento de verano o a un parque temático.


        Pero ya desde su llegada a Siria, comienzan a sufrir todo tipo de privaciones, vejaciones y comprueban en sus propias carnes que son mercancía, una ñorda pinchada en un palo, absolutamente nada. Atrás queda la familia y sus vidas anteriores, y comienza una radicalización inhumana, donde la tensión, las traiciones y chivateos están al orden del día.

        Las casan por catálogo, sus maridos mueren en el frente antes de que las conozcan, las intentan “violinizar” o directamente lo hacen, mientras les comen el coco y alguna se arrepiente ya de estar allí a los dos días.


En Raqa, son acogidas en una residencia destinada a mujeres occidentales recién llegadas, donde las examina, interrogan y les cuentan que van a ser meras matrices y criadoras de futuros muyahidines.

Allí las recibe Madame, interpretada por una Lubna Azabal, que vuelve a hacer una interpretación fantástica, una auténtica dictadora para las mujeres, que tiene montado un chiringuito en el lugar y cuya sola presencia hace que las mujeres callen y agachen la cabeza.


Madame es una fanática fiel del Estado Islámico, que pasará con Jessica, nuestra protagonista, del choque y del antagonismo inicial, a hacerla una pupila, una sombra entre las demás mujeres, una posible sucesora en el tinglado.

Y poco a poco vemos la conversión de Jessica en una sirviente que colabora con Madame, se va transformando, va rompiendo con su pasado, pero sin traumas, algo que, si le sucede a Laila (que va a intentar resistir, huir y que confiesa que aquello no era no que se había imaginado al principio), y ya llega un momento en que te das cuenta que no es aquella chica que vimos al principio, sino parte del sistema, del microuniverso perturbador, que castiga brutalmente a las mujeres cuando desobedecen y que ella asume con total normalidad, como una colaboradora más.


        De hecho, las dos chicas llegan juntas, son muy parecidas, y a medio metraje te das cuenta que no tienen nada que ver la una con la otra tras pasar por el proceso radical del Estado Islámico. Laila, de hecho, desaparece, y Jessica que ha perdido todo atisbo de cordura, tiene el comportamiento de un robot, de alguien que no siente afecto.

        Huid de esta película si creéis que vais a asistir a batallas o luchas. Se oyen, pero no se ven. En la película apenas vamos a ver un par de hombres, y en momentos concretos y precisos. La cámara apenas sale de la residencia, que es la versión islámica de La Casa de Bernarda Alba, sumando la Invasión de los Ultracuerpos, y aún así, te transmite el horror en toda su plenitud, en estancias cerradas a la luz natural, al sol, mientras que Madame disfruta de algunos placeres occidentales…


        En definitiva: Me ha parecido una película brutal. Creo que imprescindible. Ya no por el tema del trato a las mujeres, sino porque esto es Historia contemporánea, de hoy en día, y no se estudia, ni se oye hablar de ello, y creo que en muchas ocasiones de manera consciente y decidida. Estoy convencido de que es una película que incomodará a más de uno, y, sin embargo, es tan necesaria, y tal real…

        Mi nota: Un 7. Una historia fantástica, muy bien interpretada, una fotografía espléndida, y con un metraje de una hora y media.