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jueves, 18 de abril de 2024

Suzume (2022)

 

       Desde luego… Qué hartera de llorar con los diez últimos minutos de “Suzume” (Netflix, 2022), película de animación japonesa, de dos horitas de duración, que me he tragado sin llegarme a enterar bien de algunas partes, todo hay que decirlo y reconocerlo…

        Hacía tiempo que no veía ni comentaba ninguna cinta de animación, y lo primero que me ha salido hoy en la plataforma ha sido esta película, que viene con guion y dirección de Makoto Shinkai, que los más sibaritas y avispados entre vosotros, relacionaréis con la exitosa película “Your Name”, que fue un auténtico bombazo allá por 2016, y que, por cierto, tenéis comentada en el blog, o de la más reciente, “El tiempo contigo” (2019).


         En la narrativa de “Suzume”, seguimos los pasos de una joven de 17 años, Suzume, que vive con su tía desde que perdiera a su madre en un tsunami con cuatro años. Un día, se encuentra a un guaperas, melena al viento, por el que siente una atracción desde el minuto uno. El tipo viene preguntando por unas ruinas y una puerta, lo más normal del mundo, y la chica más o menos le indica. Curiosamente, a ella le da tiempo a ir a clases, comprar en el Mercadona y hacer mil cosas más cuando decide ir a donde había mandado a Souta, que es el chico en cuestión, encontrando rápidamente una puerta en mitad de lo que antiguamente fueron una termas. Junto a la puerta hay la estatua de un gato, algo que enseguida va a rapiñar, decisión, por cierto, que también hubiera tomado yo.

          Al sacar al gato de su sitio, este toma vida y se escabulle, y entra en escena un peculiar enemigo en forma de gusano, que hay que encerrar según le cuenta el recién llegado Souta, que había llegado al lugar haciendo una parada en Albacete. El gusano es el causante de los terremotos que se suceden a lo largo y ancho del país. En la lucha contra los elementos, Souta es herido en un brazo, y Suzume se lo lleva a casa para curarlo con el kit de la Señorita Pepis. En ese momento, el dios-gato, llamado Daijin, se les aparece en la ventana, y tras darle de comer una lata de sardinas en escabeche, transforma a Souta en una silla de guardería a la que le falta una pata y huye.


       Suzume, que se ha dado cuenta de que está enamorada de aquella silla, inicia una road movie por todo Japón, persiguiendo al dios gato que aparece cada vez que se abre una nueva puerta con el consiguiente gusano, y silla a cuestas, va conociendo a gente en su nueva misión de cerrar portales, mientras demuestra su amor por la silla que se pasa media vida durmiendo, y su pasado y la perdida de su madre le atosiga… En muy resumidas cuentas.

        Tiene la curiosidad, “Suzume”, que es una película en la que los protagonistas van visitando lugares que realmente han sufrido desgracias naturales, como Tokyo, Kobe o la radioactiva Fukusima, cerrando dichos portales que van surgiendo allí, un guiño en toda regla al espíritu de lucha del pueblo japonés ante las desgracias, aparte de algún guiño en forma de caja de recuerdos a la película “Viaje a Agartha” (2010) del mismo director, que en Hispanoamérica se conoció en su día con el poético título de “Los niños que buscan voces perdidas”…


       Es una película, hasta donde he logrado entender, cuya moraleja, o al menos una de ellas, es que hay que cerrar puertas, y dejarlas bien cerradas, para que no salgan cosas que puedan provocar terremotos. Si a ello le añadimos gatos, mitología nipona y una chica enamorada de una silla, tenemos el cóctel perfecto.

        En definitiva: A pesar de que hay momentos en que cae el ritmo, tiene momentos en los que te toca la fibra, sobre todo aquellos en los que en las ruinas la gente del pasado cobra vida y vuelven a estar allí. Emocionantes últimos diez minutos, y muy buena banda sonora, que incluye algún tema de jazz pegadizo, y que me ha recordado a aquellos míticos grupos japoneses de los 80-90, no me preguntéis nombres, que solían tener en las portadas de sus discos coches deportivos al estilo “Out Run”, o simples utilitarios, y que uno de los secundarios, pone en un momento determinado en su flamante descapotable. Esta es la típica película que gustará a gatunos, carpinteros y cerrajeros, y que no podrán soportar gusanos mitológicos, pupitres y sillas de guardería.


          Personalmente, le doy un 6,5 de nota porque la narrativa es un tanto caótica a ratos, pero os recomiendo su visionado, quizás en una segunda vez, podría subirle la nota, pero… Eso nunca lo sabremos, ¿O si?

martes, 16 de abril de 2024

Dune 2 (2024)

 

       La verdad es que pocas veces me he visto desbordado por una película en los últimos tiempos, y tras esperar justo un mes después de su estreno en España, me he atrevido con “Dune 2”.

        Si sois seguidores habituales del blog y del canal, sabréis que en los dos espacios, tanto por el blog como por el canal, le hemos dedicado varias entradas y vídeos a la franquicia de Frank Herbert, sobre todo a los cómics, que han visto la luz en los últimos años a rebufo del renacimiento de la Dunemania. Y que en vídeos anteriores, reconozco no haberme leído aun el libro entero, y a pesar de ello he visto algunas diferencias narrativas respecto a la obra original.


        Si la primera parte de la película me entusiasmó, con “Dune 2” no solo se me han cumplido las expectativas, si no que tengo que reconocer que ha sido mejor de lo que me esperaba en muchos aspectos, tanto técnicos, como visuales, narrativos, interpretativos… Y no sabría bien como empezar y como abarcar tantas cosas en los ocho o nueve minutos que suelo dedicarle a cada película.

       La narrativa sigue las peripecias del joven Paul Atreides, tal donde lo dejamos en la primera película. Los Atreides, arrasados a traición por la Casa Harkonnen, y con el beneplácito del Emperador, parecen haber pasado a la historia, pero el joven Paul está dispuesto a seguir con su lucha, esta vez convertido en un nuevo líder, un Mesías esperado durante siglos por los Fremen, que tras la desconfianza inicial, han visto en él los signos que las profecías auguraban sobre la venida del “Muad Dib”, que unirá el norte y el sur de Arrakis, a todas las tribus, para llevarlos a la victoria final, al Paraíso Verde que tanto ansían, liberándose del yugo de Las Grandes Casas que siempre han esclavizado Arrakis y se han llevado la preciada especia…


        La primera parte, como os digo, me enganchó, esta segunda también lo ha logrado, aunque no mantiene el ritmo, también hay que decirlo, de manera constante, pero si acertadamente… Quiero decir, llegas a pensar que si parpadeas, o te vas cinco minutos al WC, te vas a perder algo importante.

       Es la típica película que hay que ver en pantalla grande, y donde ves con total naturalidad la evolución que van teniendo cada uno de los personajes. En mi opinión destacaría, aparte del propio Chalamet, a Walken, a Bardem, a Brolin... Zendaya no es santa de mi devoción precisamente… Pero, todos, en definitiva, trabajan muy bien la maduración de cada uno de ellos, sus propósitos, las revelaciones que van a cerrar subtramas y van a desarrollar la trama principal con la fuerza de un gusano de arena, nunca mejor dicho, con sus desarrollos políticos, su fanatismo religioso… Y su fantástica épica, sobre todo en la última media hora, en la que parece que vives dentro de la propia batalla que se desarrolla ante tus ojos.


       Increíbles efectos especiales, buena banda sonora, sus dos horas y cuarenta y cinco minutos no se me han hecho pesadas, aunque reconozco que las muertes de algunos personajes, como el Barón o la poca resistencia de los Sardukkar, que parecían prácticamente invencibles, me ha desilusionado un poco.

       En los mentideros y webs especializadas hablan de una tercera entrega para 2027 o 2028. Así que, si seguimos vivos para esa época, habrá que verla. De momento, aprovechando que la primera entrega está en Netflix, creo que volveré a verla este próximo fin de semana. ¿Qué nota le pongo? Pues yo creo que un meritorio 7,5, aunque he estado por subirle directamente al 8, pero creo que el 7,5 como mínimo, lo tiene garantizado y merecido.

domingo, 14 de abril de 2024

Pared con Pared (Netflix, 2024)


 

      La película española “Pared con Pared” (Netflix, 2024) se ha estrenado hace un par de días, y enseguida se ha colado como película más vista en la plataforma Netflix España. Viene con el gancho de tener a la cantante Aitana en el papel protagonista, Valentina, lo cual ya de por sí puede justificar su gran éxito inicial por la tromba de miles y miles de fans que tiene Aitana en toda España, y que salen hasta de debajo de las piedras, y aunque no es el tipo de cine al que yo suela dedicarle mucho tiempo, me ha servido de excusa para escribir en el blog, y de hacer este vídeo para el Canal de Youtube, ya que tengo una pequeña parte de los seguidores que me dicen que nunca le dedico tiempo al cine español, lo cual es cierto, pero no por nada en concreto… Simplemente, que no suele estar entre mis predilecciones…

       “Pared con Pared” es un remake de “Tras la pared”, una comedia romántica francesa de 2015 que no he visto, y la verdad, no os voy a mentir, no me mato de momento por verla, y que algunos incluso han intentado ver como una cinta basada en hechos reales, por circunstancias parecidas que le tocó vivir a la cantante Ana Guerra en 2021, aunque salvando las debidas distancias…


       En la narrativa tenemos a Valentina, una joven pianista que acaba de salir de una relación, y que encuentra un apartamento, un ático muy acogedor, pequeñito, bien de precio, donde poder ensayar para una audición muy importante que va a tener. Lo malo es que tiene una pared, final como un papel, que da al apartamento de David. La pared es tan fina, como os digo, que un simple peo se oye al otro lado, un ronquido, un bostezo… Todo, absolutamente todo, así que la intimidad no está precisamente garantizada.

      David es un tipo que lleva tres años encerrado en casa, intentando inventar un juego que lo pete entre niños y mayores, que perdió a su chica y cuyo mejor amigo, que iba a ser su futuro cuñado, le lleva la comida, lo soporta y es prácticamente lo único que tiene en el mundo.


      Él necesita silencio para crear ese juego que nunca llega, rodeado de mierda, cachivaches y mierda para parar un tren. Al menos que el tren sea extremeño, que en ese caso, ya sabéis, se para solo sin necesidad de poca intervención. Siempre hago el mismo chiste, pero es que como es taaaan real, me encanta.

      Ella necesita ensayar y el piano le molesta a él. Así que pronto surgen las riñas tras la pared, que a mi me ha recordado muchísimo, viejuno que es uno, al videoclip de RUN DMC y Aerosmith, “Walk this way”, donde los dos grupos, rapero uno y hard rock el otro, comparten estudio separados por una pared que acaban tirando tras tener sus desavenencias.


      Pronto, surge entre ellos una extraña relación, con la pared entre medio, ya que lo más interesante es que no coinciden en el rellano o en el portal porque pertenecen sus apartamentos a edificios diferentes, lo cual dice mucho sobre el sector inmobiliario de la zona. En su caso es como convocar a un espíritu del Más Allá, al estilo: Oye, ¿Estás ahí, nos marcamos unos macarrones o algo?, levantando sorpresa y admiración entre propios y extraños y creando todo tipo de situaciones, que algunos llaman románticas, y yo, directamente absurdas… Mención especial merece el gato Murphy, que hace un papelón.

       En definitiva: Ahora es cuando os enfadáis conmigo… Película de una hora y media, a la que le sobran quince o veinte minutos de estiramiento de chicle que no van a ninguna parte. Difícil de digerir, poca comedia, el papel de él como inventor agorafóbico más increíble que el de ella, afortunadamente subtramas de poco recorrido y poco más. Hace 30 años, quizás hubiera ido al cine a verla con alguna chica y nos hubiera encantado. Hoy, cinematográficamente hablando, no le doy más de un 4 de nota, un 4,5 si me pilla con el día tonto. Gustará a fans de Aitana, a albañiles especializados en ladrillo visto, y a jóvenes adultos de espíritu joven y desenfadado, entre los que no me encuentro… En fin… Echadle un vistazo.

viernes, 12 de abril de 2024

Maleantes (Netflix, 2024)

 

        “Maleantes” (Netflix, 2024), o “Crooks” que es su nombre original, es una serie alemana estrenada en Netflix España el 4 de abril, que consta de una sola temporada de ocho capítulos, con una media de duración de unos 45-50 minutos cada capítulo, y que parece no haber triunfado en el momento en que os cuento esto, y en parte puedo llegar a entenderlo, porque tiene elementos muy buenos, no voy a decir originales, pero si muy buenos, para que se hubiera convertido en una de las series del año, por lo menos en esta primera mitad de 2024… Pero, que, quizás en un exceso de falsa seguridad, la acaba pinchando inevitablemente.

       En la narrativa: “Maleantes” empieza fuerte, y empieza muy bien. Ya de entrada tenemos como uno de los dos protagonistas principales a Frederick Lau, el inolvidable Tim de la película “La Ola”, que hace casi veinte años lo petó, y que se ha convertido en uno de los actores más icónicos, en mi opinión, del cine alemán, aunque ya venía de hacer cosas interesantes, también es cierto.


      Aquí es Charly, un antiguo criminal, experto en abrir cualquier tipo de cerraduras, que después de pasar una temporada en la trena, ha conseguido rehacer su vida como cerrajero en Berlín, tiene mujer e hijo.

      Un día es captado por una banda de mafiosos mediocres, de origen yugoslavo, que quieren robar una valiosísima moneda rusa de oro, de la cual solo hay tres en el mundo. La moneda en cuestión fue robada por un clan musulmán, los Al-Walid, de un museo berlinés en un trabajo perfecto, pero en el momento en el que se produce el robo, otras bandas como la citada yugoslava, o ciertos austriacos de Viena, se interesan muchísimo por hacerse con ella.


      La moneda desatará una guerra sin cuartel entre las distintas bandas, y la sangre pronto comienza a correr por las calles, estando Charly en mitad de todos ellos.

      De manera paralela, un tipo a lo Bud Spencer, aunque salvando la distancias, y obsesionado por las manzanas, llamado Joseph, y que es la cenicienta del grupo de mafiosos austriacos, entra en escena. Hijo y heredero de Grandullón, el jefe austriaco que agoniza en una cama, es tratado con desprecio por todos, y trabaja de chófer para el clan, pero el tipo tiene un muy buen fondo y se pasa de entrañable, carácter que le va a dar más de un problema en el mundo en el que vive, y por otro mete hostias con la mano abierta, siendo muy difícil de tumbar… Joseph, algunos desencuentros iniciales se convierte en amigo y socio de Charly, que le enseña la verdad de la gente que le rodea, con pruebas, algo que Joseph ya sospechaba, y se decidirá por ayudar a Charly como nuevo aliado, cuyo objetivo es intentar salvar a su familia de la guerra abierta que hay en tres escenarios distintos: Berlín, Viena y Marsella, donde el conflicto se va a intensificar con la llegada de la mujer e hijo de Charly a la ciudad francesa.


      “Maleantes” tiene una trama principal que te va a enganchar desde prácticamente el primer capítulo. Tiene personalidad y estilo, a lo Guy Ritchie, sobre todo en el grupo de los austriacos, donde el desaparecido actor alemán Karl Welunschek, a cuya memoria está dedicado el primer capítulo lo borda de manera magistral… Pero, y aquí es donde vienen los peros… Peca de multiplicar las subtramas de manera exponencial por cada capítulo que va pasando, llegando, en mi opinión, a sobrar la trama de Margot, una campesina muda que protege Joseph y que no lleva a ninguna parte en realidad, y sobre todo la trama marsellesa, donde los Al-Walid tienen aliados de religión, y tienen sus guerras con otras bandas de la zona, incluyendo la de la Jefa Final, Griselda, que ni siquiera estaba en la trama principal, y que quiere a Charly para otro trabajo, olvidándose prácticamente la historia de la moneda robada, que es la inicia todo y la que tiene esa fuerza con la que empieza la serie, en los últimos tres capítulos. Mención aparte los marselleses, todo el rato con las semiautomáticas en las manos en los barrios marginales, que tantas veces hemos visto en películas francesas de los últimos años...

      La serie tiene una buena fotografía, buenas escenas de acción, unas buenas actuaciones donde los personajes convencen y donde se ve cierta evolución, sobre todo en el personaje de Joseph y de cierta policía que toma su propio camino dentro de esta guerra, pero se va desinflando poco a poco y si en el episodio tres o cuatro estaba convencido de que le daba el 7,5 de nota, ya a finales del quinto sabía que en la general, del 6 no iba a subir.


      Con cinco episodios, en vez de ocho, y respetando la trama original: Berlín-Viena, hubiera salido una serie más que destacable. El producto final traiciona los buenos personajes presentados y algo que podría haber sido más.

      El final queda abierto a una segunda temporada, sobre todo en lo relacionado a Joseph, pero hasta donde sé, Netflix no tiene intención, o no se ha pronunciado aún respecto a una continuación...

domingo, 7 de abril de 2024

Fabricante de Lágrimas (Netflix, 2024)

 

      Con tanta fuerza que se ha colado como película más vista en la plataforma Netflix España, “Fabricante de Lágrimas” (Netflix, 2024) es una película italiana basada en un libro de la escritora, también italiana, Erin Doom, que lleva desde 2021 vendiendo libros como churros, y que se ha convertido en un auténtico best-seller, pero que yo os tengo que confesar que no me he leído y ni pienso… Más que nada, porque no es lo que suelo leer, y tampoco tengo demasiado interés en ello.

      El libro no sé cómo será. La película ya os adelanto que me ha parecido bastante mala. Y vosotros diréis… Pues bien empezamos. Hombre, os lo digo porque no os quiero engañar, y “Fabricante de Lágrimas” tiene elementos que ya hemos visto en otras películas por el estilo, con escenas que rozan el videoclip, muy visuales, y con malos estrambóticos en todos los sentidos, pero con muy poco fondo narrativo en realidad…


       En la narrativa tenemos a Nica, una chica de ocho años que viaja con sus padres biólogos en mitad de la nada cuando un camión estadounidense de 80 toneladas y con perfecta visibilidad, se les echa encima. Los padres de Nica fallecen en el acto, y a Nica la olfatea un perro callejero, y cuando despierta va camino a un orfanato dirigido por la mujer-mosca, una tipa que se le aparece a Tim Burton en sus sueños más íntimos.

       El orfanato estaba organizado de tal manera que haría palidecer a cualquier campo de concentración del III Reich, con la directora de turno que vemos siempre en este tipo de películas que es un hueso, maltrata a los nenes, es un callo y todo lo que le quieras añadir… Y tras varios siglos, que a nosotros nos han parecido 20 segundos, la vienen a adoptar con 16 años. Sus padres adoptivos aprovechan que hay un dos por uno, y se llevan también a Rigel. Un chico que toca el piano, con fama de problemático y que parece que no quiere ni ver en pintura a Nica… La parejita, vamos.


      Nica se siente atraída por Rigel, que en plena adolescencia toma pastillas como lacasitos, el típico guaperas cuadrado, que llama a Nica “Polilla”, y tiene mucho mundo interior…

       Ya el primer día, los hermanos causan sensación en el instituto. Rigel la lia, y Nica se echa de amigas a una friki y a la nieta perdida, precisamente, y sale por segunda vez a la palestra, de Tim Burton.


      Las idas y venidas al pasado de ambos, en continuos flashbacks, son habituales, y así nos vamos enterando de que “El fabricante de lágrimas” es una leyenda que se contaba en el orfanato, relacionada con un tipo forjador de todos los miedos, deseos, que comparten los seres humanos… Con esta estratagema, nos vamos enterando del pasado de los dos. Todo esto mientras los dos van incrementando la temperatura hormonal a un ritmo trepidante, que ya sabes que aquí en realidad lo que hay es unas ganas tremendas de representar la Caída de Roma.

       Y hasta aquí os voy a contar, que para eso tenemos activada la función de un 50%de spoilers, y lo que viene es más de los mismo en este tipo de películas, a la que solo le faltan vampiros y hombres lobos…


        En definitiva: Película romántica, drama de carácter adolescente, con triángulos amorosos y personajes secundarios poco desarrollados en muchos aspectos, con un pasado típico-tópico que acapara las subtramas y por lo tanto cerradas de antemano, o casi cerradas. A la infancia narrada de ambos solo le falta Charly, el de la Fábrica de Chocolate, y lo del “Fabricante de Lágrimas” está metido y pegado con cinta de embalar, casi como una excusa… Lo que no tengo claro es si en la película son italianos, gringos… Porque si son italianos haciendo de gringos, no se ve ni una bandera yanqui por mucho carro, instituto y cartelitos en inglés que haya, y eso es un fallo.

        El final me ha dejado frío, seco, y no me ha convencido, como el resto de la película. Una hora y cuarenta minutos de película es un metraje excesivo para tan poco. Personalmente le doy un 4 de nota, y creo que me estoy excediendo. Lo mejor de la película, el gato Klaus. El libro no sé cómo estará, pero estas historias ya las hemos visto mil millones de veces...

sábado, 6 de abril de 2024

El Juego Bonito (Netflix, 2024)

 

      Estrenada hace quince días en la plataforma Netflix España, “El Juego Bonito” es una película británica de este 2024 que trae como tema de fondo el Campeonato Mundial de Fútbol de los Sin Techo, o vagabundos directamente, que se celebra desde 2001, y que yo tengo que reconocer que no conocía, dicho Campeonato me refiero, hasta que me he encontrado con la película en cuestión.

       Antes que nada tengo que deciros que la crítica profesional pone en su inmensa mayoría a la película por las nubes, pero que a mi no me ha convencido, algo que no os debe extrañar, porque ya sabéis que yo no tengo ni idea de cine, pero por favor no me lo toméis a mal… La mía es otra opinión más.


       En la narrativa, tenemos a un entrenador y ojeador de fútbol inglés, Mal, que tiene organizado a un equipo para representar a Inglaterra en el Campeonato Mundial de Fútbol Sin Techo que se va a celebrar en Roma.

       Un día reconoce en un campo de fútbol donde juegan unos críos, a Vinny, un antiguo jugador profesional del West Ham que ahora vive en un coche, y consigue ficharlo. Vinny pronto se encuentra rodeado de compañeros con los que cree no tener nada en común: Un ladronzuelo con poco tacto con las chicas, un refugiado kurdo, un yonqui, un jugador empedernido… Gente a la que le ha ido mal, realmente mal en la vida, y que ven en el fútbol la manera de escapar de su vida diaria, y compartir los valores deportivos mientras representan a su país con una pelota en los pies…


        La experiencia, donde se tienen que enfrentar a jugadores de otros países, les llevará también a enfrentarse a sí mismos, a sus vidas, a sus miedos y anhelos, teniendo la ciudad de Roma como telón de fondo y una copa que ganar…

        La verdad es que se puede contar poco más en cuanto a la narrativa… Es una película que aparte de su trama principal, que es el Campeonato, tiene un amplio ramaje de subtramas, casi todas ellas de corto recorrido, y que busca cierto intento, a ratos, por convertirse en una comedia… Pero la flema, arrogancia y rigidez británica, que les caracteriza, sobre todo al entrenador, que podría haber estado en su juventud en La Batalla de La Albuera perfectamente, no me hacen parecer al equipo en sí simpático.


      Y es que hay cosas que me han parecido curiosas, más allá de las ansias por ganar. Por ejemplo, el protagonismo gira en torno al equipo inglés, lo cual es entendible siendo británica la película, y a dos equipos que son primos de ellos: Estados Unidos y Sudáfrica.

       Estados Unidos es un equipo femenino, con una gran goleadora que levanta pasiones en uno de los jugadores del equipo inglés.

        Sudáfrica está dirigida por una monja que eclipsa a todos los jugadores, que llega tarde al Campeonato, y que en teoría deberían estar fuera del mismo, para convertirse a la postre en Campeones, por encima de los malvados italianos, favoritos del Campeonato.


       Mención aparte merece Japón, que no acabo de digerir si la película se burla de ellos por las goleadas que reciben y su actitud ante la vida, ante el resto de jugadores y ante el propio Campeonato, o si son realmente los héroes de la cinta, por su actitud desenfadada, su físico desgarbado y por ser coleccionistas de recuerdos, de buenos y felices recuerdos.

        Desde el principio de la película, he tenido claro que Inglaterra se iba a llevar el Campeonato. Me equivoqué, y menos mal, porque en caso contrario ya hubiera sido de Juzgado de Guardia en cuanto a narrativas manidas. Y quedan en un meritorio tercer puesto, y se llevan la ovación de todo el público… Claro, claro, por supuesto…


       En definitiva: Película de poco más de dos horas, a la que le sobra su media hora de rigor para contarte lo mismo. A mi se me ha hecho larga a ratos, personajes apenas esbozados (tópicos, un tanto irregulares), subtramas que afortunadamente tienen poco recorrido, e imágenes reales de los equipos participantes en el torneo real en los minutos finales de la película. El entrenador inglés, intragable. Demasiada soberbia para mi gusto, y ya cuando dicen que Inglaterra practica el juego limpio fue cuando me subió la tensión ocular…

       De nota no le pongo más de un 4,5… Hay algo, no sé bien el qué, que no ha logrado conectarme, quizás el exceso anglosajón, la comedia que no es tal, o los dramas que no he llegado a creerme… No sé deciros bien…