“Gichi Gichi Kid” (EDT, Glenat Ediciones, 2005) de Suehiro Maruo (guion y dibujo) podría decirse que fue la carta de presentación (internacionalmente) de este reconocido mangaka japonés, que ya acumula grandes historias y cómics a sus espaldas como “Paraíso”, “La Sonrisa del Vampiro”, “Infierno embotellado” o “La extraña Historia de la Isla Panorama”, por citaros algunas de las más destacables y conocidas.
En
“Gichi Gichi Kid”, publicada originalmente en 1996, y que vendría a ser algo
así como “Niño Chirriante”, nos encontramos a un extraño chico de tercero de
primaria, que viste a la china (siendo japonés), y que tiene un alto sentido de
la justicia, aparte de una gran inexpresividad, que usa para ir resolviendo
desaguisados con sus peculiares poderes mágicos, enfrentándose a casos de acoso
escolar, mentiras, abusos y hasta secuestros e intentos de sacrificios humanos
infantiles.
La
narrativa, sencilla al igual que su dibujo, tiene cierto recordatorio (lejano,
pero ahí está) a estereotipos que también vemos en “Doraemon”: La chica dulce
que está en peligro, el gigante que anda a la gresca, y una extraña y
recurrente magia que recuerda a cierto bolsillo mágico, con la que Gichi
resuelve sus asuntos.
Cómic
perturbador en ocasiones (desnudos infantiles, crueldad, lo grotesco del ser
humano y la sociedad), con ciertas dosis de humor, que oculta los orígenes del
personaje o el porqué de su magia (y las de otros malvados personajes que
aparecen), no es una obra para niños, pero si para un lector que más o menos
conozca a Maruo, y que reconocerá, igualmente, la influencia de Rampo (como en
otras de sus obras), en este “Gichi Gichi Kid”. Sin tirar cohetes, es
interesante leerlo, y dejará en el lector un buen saco de dudas sobre lo que
acaba de terminar con su última página. Ahí lo dejo.
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