La batalla de Bailén (18-22 de
julio de 1808) fue, posiblemente, uno de los de inflexión más significativos de
la Guerra de Independencia española (1808-1813). El ejército francés, imbatido hasta
la fecha, hace de las suyas por todo el territorio nacional. Han pasado la
llamada Castilla La Nueva sin encontrar resistencia alguna en su paso hacia
tierras andaluzas. En Córdoba han arrollado a los defensores, y los saqueos se
multiplican a su paso.
Un general, Dupont, va al
frente de estos hombres, que, según las fuentes, rondan los veintidós mil soldados.
Ha habido algunas escaramuzas antes de llegar a la localidad de Bailén, y no
sabe que las fuerzas españolas han hecho una bolsa alrededor de su ejército,
para dificultar tanto su avance, como su retirada.
En un día asfixiante, los dos
ejércitos se enfrentan. Pero, los españoles, tienen la ayuda de la población
local, que les lleva agua continuamente para que puedan continuar con la lucha.
En “Bailén 1808” (Cascaborra,
2019) de Carlos Peinado (guion) y Kepa de Orbe (dibujo, 1415
Ceuta: La llave de África) se refleja muy bien las intenciones de los
españoles, los antecedentes y las batallas, con una interesante subtrama, en la
que María Duarte, una de las protagonistas (ficticias) de “Madrid
1808” (Cascaborra, 2017) de Julián Olivares y Juan Aguilera (“Las
espadas del fin del mundo”), es una de las españolas que llevan agua a las
tropas, representando al personaje de María Bellido, vecina de Bailén, que
protagonizó una “anécdota” al ofrecer agua a Teodoro Reading (que moriría meses
después en Tarragona) en un cántaro tiroteado por los franceses, y que forma
parte del actual escudo de Bailén.
El cómic sigue rigurosamente
los acontecimientos históricos, muy bien presentados y resumidos, aportando
entretenimiento e interés en la lectura, con el afán didáctico que suele
caracterizar todas las obras de Cascaborra. La presentación de personajes
discurre, paralelamente, tanto por el lado francés, como por el español,
mostrando los objetivos de unos y otros, y haciendo un sabio uso de los
silencios, ya que la imagen te lo cuenta todo, con un dibujo dinámico y un gran
colorido. Las tácticas, bien estudiadas y presentadas. La subtrama está magníficamente
llevada, y, de hecho, yo la he disfrutado muchísimo, al tomármela casi como un
spin-off de la obra de Julián Olivares y Juan Aguilera. Es un guiño simpático,
que le añade suspense, emoción a la historia misma, al seguir a personajes que
ya conocemos del cómic de “Madrid 1808”.
El contenido extra, al final
del volumen, remata eficazmente la narrativa, y despierta en el lector la
curiosidad por saber más de lo que acaba de leer, y de las consecuencias de
dicha batalla (entre otras, la llegada de Napoléon para poner la balanza de su
lado con su impresionante ejército, y el trágico destino de los vencidos,
olvidados en la isla de Cabrera… Menos Dupont y sus oficiales).
En definitiva, un cómic
histórico, de lo más recomendable, que nos recuerda una batalla crucial, que
fue un hito en la Guerra de Independencia. Ningún ejército había vencido aún a
los franceses en campo abierto, y Castaños, Reading, y todos los demás héroes estuvieron
allí luchando por la libertad de un país… Bravo por Cascaborra por acercarnos a
nuestra Historia.
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