jueves, 8 de diciembre de 2016

La vergüenza. Ingmar Bergman


        La verdad es que llevo una buena racha de adquisición de películas interesantes. Por cinco leuros me he hecho con “La Vergüenza” y “Pasión” de Ingmar Bergman. Dos señores peliculones. Los dos protagonizados por Liv Ullmann (¡Ay!, qué guapa Ullmann) y Max Von Sydow.

       “La vergüenza” (1968) es la primera que ha caído. Una película que había visto en mi etapa de instituto, pero que, en aquel entonces no logré ver en todo su calado y significado. Con un saco de premios a sus espaldas. “La vergüenza” es una de esas cintas que refleja muy bien la naturaleza humana.

       Jan y Eva Rosenberg son dos músicos. Viven una idílica vida en una apartada isla, donde huyeron años atrás, intentando quitarse de en medio la terrible guerra civil que vive el país. Todo es muy bucólico y muy bonito, criando gallinas y cultivando arándanos, hasta que el frente llega a la puerta de casa. Entonces aflorarán los verdaderos sentimientos de la pareja, contradictorios, y una pelea brutal por sobrevivir, entre ejecuciones, cambios de frentes bélicos y torturas de todo tipo. La aparición de un antiguo amigo, Jacobi, obsesionado con Eva, no hará más que empeorar la situación, y el humanismo de ambos irá desapareciendo, irremediablemente.


       Pocas películas muestran lo atroz que debe ser una guerra como esta. Aquí, la verdad, es que apenas vemos combates, pero si muchos muertos por el napalm que cae del cielo, y los caídos en las cunetas. La desevolución que sufre la pareja a lo largo de la cinta es impresionante. La fotografía espectacular. Los primeros planos hablan más que los propios personajes, pero lo más impactante, para mí, el mensaje final, claro alegato contra la guerra, y lo absurdo de la misma. Obligado visionado.

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