“Novocaine” o “Novocaine: Sin Dolor” es una película estadounidense de
2025 que te va a hacer pasar un buen rato, bastante entretenida, y que
posiblemente acabes olvidando en las siguientes doce horas, con un metraje en
mi opinión un tanto estirado de una hora y cuarenta minutos, que podría
funcionar perfectamente al menos con quince minutos menos, y como siempre digo
en estos casos, ganaría en ritmo.
Con un presupuesto de 18
millones de dólares y una recaudación de 34, estamos ante una película de
acción, un tanto atípica, con dosis de comedia, sin llegar a ser una película
de humor, pero con unos buenos puntos que tengo que reconocer que me han hecho
soltar alguna carcajada dentro de la absurdez que es la trama, que alcanza
momentos totalmente disparatados.
De protagonista tenemos a
Jack Quaid, que todos conocemos, supongo, de la serie “The Boys”, y aquí parece
hacer un papel un tanto parecido, y el contrapunto femenino es Amber
Midthunder, que recuerdo de la película de 2022, “Prey” luchando contra un
“Predator” siendo ella una comanche…
¿Qué nos vamos a encontrar
en la trama de “Novocaine”, de qué va la película?
Estamos en San Diego, y
Nathan Caine (que es nuestro Jack Quaid) es un subdirector de una pequeña
entidad bancaria. Tipo reservado, pero muy profesional, y a la sombra de un director,
que, al contrario del topicazo, aquí no parece mal tipo, Nathan vive una vida
anodina, sin apenas amigos, jugando videojuegos on-line y leyendo mucho, siendo
un hombre del Renacimiento, afirmación un tanto exagerada, por parte de Sherry,
su compañera de trabajo que está en la entidad desde hace cuatro meses.
Nathan tiene una extraña enfermedad genética, padece
insensibilidad congénita al dolor, una condición que le impide experimentar
dolor físico, y no sabe si algo está hirviendo o está helado más allá de sus
propias percepciones visuales, incluso tiene una alarma para poder ir al baño
cada cierto tiempo, y ha sufrido acoso en el instituto e incomprensión por
parte de casi todos.
Esta curiosa insensibilidad le ha llevado a evitar,
hasta el extremo, cualquier situación que pudiera ponerle en peligro, siendo un
tipo muy cauteloso en todo.
Y es que cualquier cosa puede provocarle un daño
que él mismo no perciba. Un día en su vida entra Sherry (Amber Midthunder), una
compañera de trabajo que le echa mucho morro a la vida, alegre, extrovertida,
carismática, viene a romper el bucle de su aburrida vida. Y ambos comienzan a
tener una relación, en la que Nathan se enamora perdidamente desde el minuto
uno.
Un día, tres atracadores disfrazados de Papá Noel,
muy violentos, entran en la sucursal, asesinando al director, a varios
policías, dejando heridos por el camino y llevándose a Sherry como rehén,
aparte de una suma millonaria.
Solo ante el peligro, Nathan decide ir a salvar a
la chica, apoderándose de un coche policial y de una pistola, y el disparate
está servido cuando se enfrenta a múltiples peligros para llegar a ella, donde
no faltarán los desgarros, quemaduras, tiros, cuchilladas, palizas… Que soporta
gracias a su insensibilidad al dolor, aunque eso no debería hacerle
prácticamente inmortal, algo que si parece ser a lo largo de toda la película
en la que se levanta una y otra vez. Una cosa es que no sientas dolor, y otra
que aguantes todo lo que te caiga encima estoicamente.
Durante su periplo, Nathan recibe la ayuda de
Roscoe (Jacob Batalon), el tipo que todos conocemos como amigo de Spider-Man en
las últimas películas de Marvel, y que aquí es un compañero y un amigo virtual
que conoce a través de videojuegos a los que están aficionados on-line.
Juntos, se van enfrentando a los criminales uno a
uno, y Nathan descubre que Sherry guarda un secreto, siendo ella parte
integrante de la banda de atracadores y hermana de uno de ellos, de hecho, el Final
Boss que no se muere por mucho que Nathan lo intenta, siendo la ayuda de ella
providencial para conseguir que todo acabe bien.
Como curiosidad os diré que la película se rodó en
Ciudad del Cabo, Sudáfrica, a partir de abril de 2024, habiéndose prácticamente
concluido en julio donde pasó a producción, no sin algunos problemas
relacionados con los vehículos utilizados, ya que los volantes ofrecidos por
los sudafricanos estaban cambiados de sitio, algo no muy gringo, y otros
problemas derivados con los exteriores, por lo que hubo que reproducir
prácticamente en sets y decorados lo que iba a ser la ciudad de San Diego. Por
cierto, fue estrenada en marzo de 2025.
En definitiva: Película entretenida, a la que le
sobra metraje, pero con la que me he echado algunas risas. Cuando crees que ya
ha terminado, y el Final Boss derrotado, este se rehace y te añaden veinte
minutos más. Es, seguramente, lo que sintieron los británicos en Waterloo.
De nota le doy su 5 de rigor y la dejo a vuestra entera elección, para pasar una tarde no está mal.
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