sábado, 31 de agosto de 2024

Guerra de Narcos (2023)

 

        La película “Guerra de Narcos”, de 2023, me ha servido como excusa para ver una producción china, algo que no suelo hacer habitualmente. La verdad es que tengo un poco de lío, porque la película se presenta en su ficha técnica en algunas webs como una producción Hongkonesa, y en otras como una coproducción china-hongkonesa, pero como hasta donde sé, Hong-Kong es una de las Regiones Administrativas Especiales chinas, junto a Macao desde 1997 y 1999 respectivamente, vamos a decir que la película es china…

         Vamos a ir al grano después de la divagación… “Guerra de Narcos” te ofrece lo mismo que te pueden dar otras películas del género de acción policial, con agentes infiltrados, tiros, amapolas y derivados de por medio, traiciones y continuos saltos en el espacio-tiempo sin necesidad de un condensador de Fluzo, pero con grandes escenas de acción que merecen la pena.


         En la narrativa tenemos a Wing y Billy, que lo mismo podrían haberse llamado perfectamente Jimmy y Billy y dedicarse a rescatar a chicas secuestradas. El caso es que los dos son dos policías infiltrados en una maléfica organización de trafico de cosas raras y malas y derivados adyacentes (no le hacen asco a nada) dirigidas por un tailandés, Suchat, que antes hacía caramelos masticables, los famosos Sugus de Suchat (mi preferido era el de fresa), pero comenzó a dedicarse a cosas malas y raras, y cambió los caramelos por las amapolas, que son más rentables en el mercado asiático.

          Al poco de comenzar la película asistimos a un tiroteo antológico de varios minutos de duración, que deja como resultado dos fallecidos por encontrarse en las trayectorias de las balas, y algunos detenidos. La tapadera de Wing queda descubierta al cambiarse de bando como si fuese Italia en una Guerra Mundial, pero milagrosamente Suchat huye con un Billy malherido, pensando que ese seguía siendo de los suyos. Se montan en un contenedor de los que salen en el programa “Container Wars”, y afortunadamente para ellos, acaban en Tailandia, porque si llegan a acabar en Yanquilandia, por el estado en que llegan, no les hubieran dado ni veinte dólares.


        Una vez en Tailandia, Suchat ensaya su risa diabólica, incluso se plantea en volver a fabricar caramelos, aunque no hay muchas diferencias en las disputas con la competencia en este sector, también lo suelen resolver a tiros.

        Finalmente se deciden seguir en el negocio de traficantes porque son unos sentimentales y unos románticos en el fondo. Billy es curado de sus heridas por una chica que vive en las montañas entre Tailandia y Myanmar, y en los tres meses y medio que ha estado inconsciente, le han hecho un corte de pelo y la barba a la moda en mitad de la nada. Acaba enamorado de ella y de su abuelo adicto al Opio, que, cuando se muere, lo entierran en el jardín de casa.


          Y Suchat, que se aburre en Tailandia, se une a un comandante local que posee un pequeño ejército y el monopolio de la producción de todo tipo de cosas con las que traficar, con lo que vuelve al ruedo por la puerta grande.

          La llegada de Wing a Tailandia destapará la coartada de Billy, y pondrá en peligro a su novia tailandesa y a todo el operativo, desatando una guerra donde deberá intervenir el ejército tailandés para detener a Suchat y al resto de la cuchipandi...


       En definitiva: Con dos horas largas de metraje, “Guerra de Narcos” es una interesante propuesta de cine de acción, que quiere contar muchas cosas, y que se pierde de tanto contar y tantos viajes en el espacio-tiempo. Tiene a su favor que las escenas de acción, con tiros y explosiones por doquier, emboscadas y un poco de artes marciales, son bastante buenas y bien realizadas. Tiene en su contra que le sobra media hora larga… Aun así, puede llegar a entretenerte y no es una película a descartar si tu interés es pasar el rato.

        De nota le doy su riguroso 5, y os recomiendo su visionado si os va el género. Esta película le gustará a policías chinos infiltrados en mafias, y gente que viaja de incógnito en contenedores, y no le va a gustar mucho a pilotos de combate tailandeses.

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