sábado, 6 de abril de 2024

El Juego Bonito (Netflix, 2024)

 

      Estrenada hace quince días en la plataforma Netflix España, “El Juego Bonito” es una película británica de este 2024 que trae como tema de fondo el Campeonato Mundial de Fútbol de los Sin Techo, o vagabundos directamente, que se celebra desde 2001, y que yo tengo que reconocer que no conocía, dicho Campeonato me refiero, hasta que me he encontrado con la película en cuestión.

       Antes que nada tengo que deciros que la crítica profesional pone en su inmensa mayoría a la película por las nubes, pero que a mi no me ha convencido, algo que no os debe extrañar, porque ya sabéis que yo no tengo ni idea de cine, pero por favor no me lo toméis a mal… La mía es otra opinión más.


       En la narrativa, tenemos a un entrenador y ojeador de fútbol inglés, Mal, que tiene organizado a un equipo para representar a Inglaterra en el Campeonato Mundial de Fútbol Sin Techo que se va a celebrar en Roma.

       Un día reconoce en un campo de fútbol donde juegan unos críos, a Vinny, un antiguo jugador profesional del West Ham que ahora vive en un coche, y consigue ficharlo. Vinny pronto se encuentra rodeado de compañeros con los que cree no tener nada en común: Un ladronzuelo con poco tacto con las chicas, un refugiado kurdo, un yonqui, un jugador empedernido… Gente a la que le ha ido mal, realmente mal en la vida, y que ven en el fútbol la manera de escapar de su vida diaria, y compartir los valores deportivos mientras representan a su país con una pelota en los pies…


        La experiencia, donde se tienen que enfrentar a jugadores de otros países, les llevará también a enfrentarse a sí mismos, a sus vidas, a sus miedos y anhelos, teniendo la ciudad de Roma como telón de fondo y una copa que ganar…

        La verdad es que se puede contar poco más en cuanto a la narrativa… Es una película que aparte de su trama principal, que es el Campeonato, tiene un amplio ramaje de subtramas, casi todas ellas de corto recorrido, y que busca cierto intento, a ratos, por convertirse en una comedia… Pero la flema, arrogancia y rigidez británica, que les caracteriza, sobre todo al entrenador, que podría haber estado en su juventud en La Batalla de La Albuera perfectamente, no me hacen parecer al equipo en sí simpático.


      Y es que hay cosas que me han parecido curiosas, más allá de las ansias por ganar. Por ejemplo, el protagonismo gira en torno al equipo inglés, lo cual es entendible siendo británica la película, y a dos equipos que son primos de ellos: Estados Unidos y Sudáfrica.

       Estados Unidos es un equipo femenino, con una gran goleadora que levanta pasiones en uno de los jugadores del equipo inglés.

        Sudáfrica está dirigida por una monja que eclipsa a todos los jugadores, que llega tarde al Campeonato, y que en teoría deberían estar fuera del mismo, para convertirse a la postre en Campeones, por encima de los malvados italianos, favoritos del Campeonato.


       Mención aparte merece Japón, que no acabo de digerir si la película se burla de ellos por las goleadas que reciben y su actitud ante la vida, ante el resto de jugadores y ante el propio Campeonato, o si son realmente los héroes de la cinta, por su actitud desenfadada, su físico desgarbado y por ser coleccionistas de recuerdos, de buenos y felices recuerdos.

        Desde el principio de la película, he tenido claro que Inglaterra se iba a llevar el Campeonato. Me equivoqué, y menos mal, porque en caso contrario ya hubiera sido de Juzgado de Guardia en cuanto a narrativas manidas. Y quedan en un meritorio tercer puesto, y se llevan la ovación de todo el público… Claro, claro, por supuesto…


       En definitiva: Película de poco más de dos horas, a la que le sobra su media hora de rigor para contarte lo mismo. A mi se me ha hecho larga a ratos, personajes apenas esbozados (tópicos, un tanto irregulares), subtramas que afortunadamente tienen poco recorrido, e imágenes reales de los equipos participantes en el torneo real en los minutos finales de la película. El entrenador inglés, intragable. Demasiada soberbia para mi gusto, y ya cuando dicen que Inglaterra practica el juego limpio fue cuando me subió la tensión ocular…

       De nota no le pongo más de un 4,5… Hay algo, no sé bien el qué, que no ha logrado conectarme, quizás el exceso anglosajón, la comedia que no es tal, o los dramas que no he llegado a creerme… No sé deciros bien…

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