Lo
primero que hay que comentar de esta serie son dos cosas: La Primera: Está
inspirada, levemente, en una serie anime de finales de los noventa que vi hace
tropecientos mil años, y que creo que aún conservo en japonés y en latino por
alguna parte de uno de mis múltiples discos duros externos. Eran 26 episodios
que no llegaban a media hora. La segunda: Que no tiene mucho que ver con la
serie original, ni en tramas, ni en personajes (faltan personajes, de hecho),
ni en casi nada, aunque lo intenta.
Ahora,
spoilers reveladores a partir de aquí…
¿Realmente importa lo anterior? Para algunos que se la agarran con papel de
fumar, puede ser que sí. Para mí, no. Me he acercado a la serie como si fuese
algo completamente nuevo y revelador, y en su conjunto me ha gustado.
La narrativa de “Cowboy Bebop” gira en torno a dos cowboys futuristas, cazadores de recompensas espaciales. Cada uno de los episodios lleva un título relacionado con la música, y se irán encontrando a viejos amigos y enemigos a lo largo de los episodios (que son diez), y haciendo alguna amiga nueva también (pasan de dos, a tres cowboys).
Lo
mejor en mi opinión: La estética setentera-ochentera (muy vintage, algo que me
ha encantado en todos los sentidos), la mezcolanza de estilos, la música y los
decorados. Mezclan naves espaciales, pistolas láser y virguerías por el estilo
con coches y aparatejos antiguos para la época que se supone que viven. El
guiño de los últimos minutos finales del último episodio, me hizo soltar una
risotada, por la aparición de un personaje especial.
Lo
peor: Algunos episodios son excesivamente largos, tediosos y con partes
realmente aburridas. Las pocas escenas de acción no la ayudan a despegar, y a
ratos se me ha hecho irregular en su narrativa.
Resumiendo:
Me quedo con ella, a pesar de que sus lastres se me han hecho cuesta arriba en
muchas ocasiones, creo que la oportunidad la merece, y la música ha tenido
mucho que ver para que haya seguido con ella… Jazz do it!
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