martes, 24 de agosto de 2021

Space Jam: A New Legacy (Warner, 2021)

 

        No sé si llevado (Spoilers para parar un tren) por la nostalgia de la primera película de “Space Jam” (1996) que me pilló en la carrera, y que disfruté como un enano, o por el bombo y platillo que le han dado por las diversas polémicas que ha levantado… Después de un mes y medio de su estreno, me he decidido ver “Space Jam: A New Legacy” (2021).


        ¿Qué polémicas? Pues en los medios oí decir que habían borrado a un personaje, Pepe Le Pew, de un plumazo, por la personalidad que arrastra la mofeta desde hace años, en plan acosador de una gatita (Penélope) que siempre huye de él… La voz utilizada para el doblaje del personaje de Lola… Y alguna cosa más que ahora no sabría decir… Lo curioso es que en la cinta he visto desde “Rick y Morty”, el mismísimo “Pennywise” o hasta los chicos de “La Naranja Mecánica” y a “King Kong” que, por cierto, también persigue y secuestra mujeres, por citar de cabeza, y ahí estaban… Que me parecen igual de inquietantes que la mofeta de acento francés, o incluso, en algunos casos, mucho más. Ojo, no es criticar, es referir.


        El caso, me he atrevido a verla. Y bueno, es entretenida, pero no me aporta nada nuevo, relevante, y no tiene la frescura que tuvo la primera con Jordan. No me ha convencido LeBron como actor, ni la trama, y ni siquiera los propios Tunes, que pasan sin pena ni gloria, y hay uno peludo en forma de corazón, que juraría no haber visto en mi vida.


        En la narrativa, tenemos a un LeBron James, feliz padre de familia de tres hermosos hijos (dos nenes y una nena). Intenta a enseñar a sus dos hijos varones a jugar y a apreciar el baloncesto, pero uno de los dos, el más pequeño, está más centrado en ser creador de videojuegos, lo cual le lleva a una rivalidad absurda con el padre que posteriormente va a ser usada en la película. A la nena ni caso, por cierto (aquí tenéis material para hacer una fogata).

        El tema es que “Máquina de Guerra”, Don Cheadle, es un algoritmo que trabaja en los ordenatas de la Wagner, y tras ser rechazado en sus proyectos, por el propio LeBron, siente un resentimiento brutal y secuestra al jugador de baloncesto, e hijo, para mandarlo al mundo de los Tunes, y de paso, poco original, desafiarlos a un partido de baloncesto entre LeBron (que será muy bueno en la cancha, pero con la cámara no hay feeling ni a la de tres) y los Tunes, contra unos diseños modificados creados por el James Jr. copiados de jugadores y jugadoras reales, y coleguitas del propio LeBron (estrellas de la WNBA-NBA).

        La película está llena de guiños a marcas publicitarias, y a la propia Wagner, palabra que se dice 87 veces en la cinta (que yo haya contado). Los guiños van desde recortes modificados de películas, hasta la aparición de personajes de DC Comics, Los Autos Locos, Juego de Tronos, Harry Potter (léase “Jarry Porreta”), Scooby Doo, o un Jordan… Los cuales son de agradecer, aunque los hay que apenas se aprecian milésimas de segundos en pantalla.

        En definitiva: La película no es que tenga mucho sentido en cuanto a la trama, está hecha para poder disfrutar de los efectos especiales, que son una auténtica pasada, y poco más, con un metraje excesivo (por variar) y que es fácilmente olvidable. La dejo a vuestra entera elección.

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