jueves, 19 de marzo de 2020

La vida desastrosa de Saiki K (2019)



        He estado viendo la primera temporada de “La vida desastrosa de Saiki K” (Netflix, 2019) que va por la Tercera Temporada (al parecer), y he de reconocer que tiene cosas graciosas, aunque el personaje no me acaba de convencer del todo por su actitud, y a veces, por su elevado Ego. La serie anime está basada en un Manga.

        Saiki es un chico adolescente, adicto a la gelatina de café, que va al Instituto, y tiene la expresión de un palo. Tiene el pelo rosa, dos joysticks de bola (de las arcades antiguas de los ochenta) en la cabeza, y lleva gafas verde claro que nos permiten ver sus inexpresivos ojos. Aparte de eso, tiene un inmenso poder psíquico (encontrar cosas, teletransportación lanzar rayos láser, telequinesis, lee la mente, de todo oiga), y no mueve los labios para hablar ni a la de tres, sino que oímos sus pensamientos en Off continuamente.

        Sus padres están como unas castañuelas. Al padre, que trabaja en una editorial manga, no le tiene demasiado respeto. Los amigos son bastante arquetípicos: El gigantón tonto con peinado punky, el hijo de un yakuza, el obseso de los gimnasios, el chulito, el ricachón, la chica mona de pelo azul… Lo normal, vamos.

        Los episodios están divididos en historias cortas, a veces tienen continuidad entre sí, y otras son autoconclusivas, y cada episodio dura unos veinte minutos. El tiempo no pasa, gracias a su control mental, en el mundo de Saiki (da a entender que serán eternamente cómo son, mientras él lo controle). Las historias giran en torno al Instituto, los amigos, las chicas, los padres, los juegos de cartas o rol, los videojuegos, el manga, los programas de televisión… Hay de todo. Como digo, el protagonista no me acaba de caer bien, pero tengo que reconocer que he disfrutado mucho algunos episodios, hasta reírme a carcajadas, por los secundarios, no por Saiki precisamente… Por aquí lo dejo.

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