Ver la serie “The
Witcher” (2019), basadas en las novelas de Andrzej Sapkowski, despertó en mi la curiosidad por el personaje. No estoy por
la labor de leerme los libros, que, al parecer, son un buen puñado, o no al
menos de momento. Pero si me apeteció comprarme los cómics editados en
castellano, y me he hecho con ellos (o por lo menos, los que tiene Amazon a la
venta), y hoy mismo me he enfrascado en su lectura.
“La casa de las vidrieras”
(Norma, Dark Horse Books, 2019) de Paul Tobin (guión) y Joe Querio (dibujo) va
por su quinta edición, y se me presenta como el primer cómic de la colección
editada en castellano. Tengo que reconocer, que, esta primera lectura al
universo de “The Witcher” me ha gustado mucho. La historia es parecida a la de
un libro-juego que tuve hace treinta años, y me lo ha recordado mientras leía.
Geralt viaja con su caballo “Sardinilla”
por un bosque encantado, hace días que no se encuentra con nadie, cuando se tropieza
con un tipo que anda pescando, que resulta ser un cazador. El cazador le dice
que es viudo, y que el espíritu de su esposa, una lamia (una especie de
vampiro), le sigue allá donde va, pero sin acercarse demasiado.
Geralt y el cazador deciden
viajar juntos, y al internarse en el bosque, este cambia las sendas y los
caminos, por voluntad de unos seres (los leshens) que tienen ese peculiar
poder. Pronto, la pareja de aventureros llega a una casa, habitada por
horrendas criaturas, una casa maldita, que cambia todos los días sus vidrieras
por arte de magia, y que guarda muchos secretos…
Lo dicho. Lo he disfrutado
mucho. Me ha tenido bastante enganchado. Buen dibujo, buena historia, empezamos
bien.
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