El cuarto volumen de la
colección “Los niños de la Resistencia” se titula “La escalada”. Los niños que
luchan contra la invasión nazi, François, Lisa y Eusèbe, se están haciendo
mayores. Les han robado su infancia, y la adolescencia trae los primeros celos
entre los dos chicos por Lisa.
En su lucha, su contacto con
la Resistencia Francesa, Pegaso, ha sido localizado y asesinado a tiros. El
trío, ya conocido como “El Lince”, está solo por primera vez. Es 1942, y desde
Inglaterra, se les pide un nuevo esfuerzo en la lucha. Mientras tanto, en el
pueblo de Pontain L´Ecluse, el notario y su familia son acusados de ser judíos encubiertos.
El notario (y esta parte está calcada de “El
saco de canicas”) deberá demostrar que son católicos, mientras su familia
es retenida por los nazis.
François hace una escapada a
París, para informar a su padrino y tío (filonazi), del arresto del notario, al
cual él mismo había gritado a la cara que era judío, para esclarecer los
hechos. Su padrino accede a aclarar la situación, mientras François es testigo
del arresto de miles de judíos en París, para ser asesinados meses después en
campos de concentración alemanes.
En la Francia de Vichy, a la
vez, Pierre Laval recrudece las leyes antijudías, y miles de franceses son desposeídos
de su nacionalidad y de sus derechos…
Este es, posiblemente, uno de
los volúmenes más duros de la colección. Hay cambios en los protagonistas, por
su incipiente adolescencia, y por el recrudecimiento de la guerra, mientras sus
vecinos se radicalizan cada vez más y los judíos hacen lo imposible por escapar
de la ratonera en la que se ha convertido Francia.
En las páginas finales,
tenemos un interesante dossier histórico, que, como siempre, nos aporta un poco
más de luz sobre lo que hemos leído… Está colección es francamente buena, con
un dibujo sensacional y una historia que engancha desde el principio.
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