viernes, 28 de febrero de 2020

La ceniza es el blanco más puro (2018)



        Bin es un jefecillo de la mafia china de Datong. Tiene a su mando a un puñado de tipos jóvenes, y se creen importantes. Qiao es una joven, enamorada de él, la única mujer que va con el grupo.

        Un día, unos rivales, atacan el coche de Bin y Qiao. Mientras a él le dan una paliza, Qiao resuelve la situación dando unos tiros al aire. A él le cae un año, a ella cinco.

        En 2006, Qiao sale de la cárcel, buscando a Bin, pero la cosa ha cambiado mucho. Bin ya no está en la mafia, es un hombre depresivo, que ya no quiere a Qiao, y cuyos compañeros mafiosos han progresado.

        Diez años más tarde, es él, que está peor que nunca, hecho una verdadera mierda física y mentalmente, quien la busca a ella en Datong. Qiao sigue soltera y los dos retoman contactos con la mafia, pero ya nada es igual…

        “La ceniza es el blanco más puro” (2018) es una historia sobre el desamor, el amor no correspondido, el tiempo perdido o sobre hablar las cosas a tiempo. Le sobran, perfectamente, cuarenta minutos largos de metraje, de sus dos horas y pico, para contar exactamente lo mismo. Lo mejor, la fotografía de esas ciudades chinas tan interesantes para un occidental.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu opinión me interesa, y lo sabes...