domingo, 5 de enero de 2020

Phylax. El incidente Martinhebron (Panini, 2019) Miguel Gómez Andrea "Gol", Pedro Camello



        Desde hace unos años, el cómic español se ha ido llenando poco a poco, de héroes patrios con poderes especiales. Desde “SuperLópez” de Jan, que va camino de cumplir los cincuenta años, y que viene acompañado del Super Grupo, como parodias de cómics de superhéroes americanos, hasta pasar por “Iberia Inc” y “Triada Vértice”, de mediados de los noventa, que venían de la mano de Carlos Pacheco (dibujo) y Rafael Marín (guion), o más recientemente los cómics del Universo 36, donde diferentes héroes y villanos, mutantes y superhéroes, se matan entre sí apoyando a un bando o a otro en la Guerra Civil española.


        Siguiendo esta estela, se presenta “Phylax. El incidente Martinhebron” (Panini, 2019) del tándem Miguel Gómez Andrea “Gol” (guion) y Pedro Camello (dibujo). Desde que me enteré que este dúo iba a sacar un cómic, otro más en conjunto, me interesé en el proyecto. Tanto “Gol” (“El empecinado”), como Pedro Camello (“Cruz Negra”), son viejos conocidos de este blog, por trabajos realmente buenos, muy recomendables, como los que os cito en los enlaces. Y, con ellos, siempre sabes, que, de ambos, solo puede salir algo endiabladamente bueno.


        Y, ciertamente, “Phylax” (“Guardián” en griego) lo es. Nos encontramos con una interesante historia protagonizada por Fernando Jara, un soldado extremeño que pertenece a un comando muy especial, “Phylax”, cuyos integrantes, pertenecientes al bando nacional durante la Guerra Civil, han sido inyectados con un poderoso suero, cuya formula se ha perdido, y que los convierte en increíbles adversarios en el campo de batalla, casi invencibles, pero muy desatados y sangrientos. El cómic nos lleva narrativamente a la Guerra Civil (1937) y al presente (mediados de los años 50). Fernando, que ha trabajado de minero en Asturias, en el más absoluto anonimato, deberá enfrentarse a los flecos que ha dejado su pasado. Al interés de soviéticos, yankees, Iglesia y el propio Estado (a través de una maquiavélica Carmen Polo) por hacerse con la formula, Fernando sin ideología de ninguna clase, solo aspira, con ayuda de su pequeña (pero gran) hermana, Juli, en resolver los errores del pasado, evitando a toda costa que el proyecto “Phylax” se renueve en la España gris del Franquismo, y traiga nuevamente, las trágicas consecuencias que llevaron a Fernando a un punto de inflexión sin retorno.


        Acción a raudales, guiños al lector (me encantó lo de que España huele a ajo), “Phylax” te promete (y cumple) en sus 272 páginas, una aventura trepidante, unos giros argumentales impresionantes y bien estructurados, y narrativa que se disfruta desde la primera página, con un dibujo de la leche y unos personajes muy bien logrados, mezclando dichos personajes y escenarios reales con ficticios, y sin andarse con remilgos de ningún tipo. Indudablemente, es de lo mejor que te vas a encontrar, hoy por hoy, en el panorama actual comiquero español. No dudes ni un solo instante en disfrutar de este “Phylax. El incidente Martinhebron”. Te encantará, garantizado.

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