Si debo ser sincero, las primeras
películas de Thor, no me gustaron mucho. Las vi, pero ni pum, ni pam. Quizás
por ello, no me animé con esta “Thor: Ragnarok” (2017) en su día.
(¿Vienes de Hawaii?)
Ayer la alquilé, días de viento y
lluvia, y me dije: Vamos a darle una oportunidad. Y, ciertamente, me encantó.
Me reí mucho con algunas de sus escenas, y con los continuos guiños, muchos más
que en las anteriores películas de Thor, al Universo Marvel.
(Precioso, me lo quedo)
En resumidas cuentas, Thor deberá
en esta ocasión salvar una vez más Asgard, y de paso La Tierra, pero esta vez no
se trata de Loki, que hace pequeñas alianzas con él, que suelen acabar en
traiciones por variar, sino de una hermana mayor, Hela Diosa de la Muerte y de
hermosa cornamenta, que amenaza con acabar con todo el Reino, y como digo,
parte del extranjero. Odin, por cierto, ha pasado a mejor vida.
(¿Kratos?, no me suena)
Por casi casualidad, o
directamente, por huir de Helas, Loki y Thor acaban en Saakar, planeta anárquico
dirigido por El Gran Maestro, un gran aficionado al Pressing Catch, que tiene
secuestrado a Hulk al que utiliza en luchas de feria en la Plaza Monumental del
pueblo. La misión de Thor será salir de allí e intentar salvar a Asgard por
todos los medios…
(Ni se te ocurra hacer un chiste...)
Con una estética que me ha recordado
a las películas de Flash Gordon, y a las primeras de la saga de Star Wars (La
amenaza fantasma, y compañía), como digo, con muchos gags humorísticos y
guiños, esta nueva entrega de Thor está francamente bien. A mí, por lo menor,
me ha entretenido muchísimo. Espero que os guste.
(¿Qué ocurre si cruzamos una mosca y un ser humano?, ¿Cómo quieres que lo sepa?)
P.D: Por supuesto, no os perdáis los créditos finales. La música una paranoia, a mi a ratos me recordaba a Stranger Things
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