(Me ha gustado esta tortuga de Florida, creo que me la llevo...)
Hace unos días, concretamente
este último domingo, fuimos a la sesión matutina de “La forma del agua” (2017),
la película de Guillermo del Toro que amenaza, a fecha de hoy, mientras escribo
estas líneas, con llevarse un buen puñado de estatuillas doradas.
(Como vaya para allá, os pongo fino)
Desde el principio, la película
me recordó vagamente a los Universos que ha planteado alguna vez en sus cintas
Tim Burton. Ojo, vagamente, quizás por esas rutinas de la protagonista (masturbación
diaria incluida) que tanto gusta a Burton mostrar en algunas de sus creaciones.
El aburrimiento del ser humano, que dirían algunos. Pero pronto, me comenzó a recordar
a “HellBoy”, con aquellos lugares secretos, oscuros, financiados por el
gobierno, habitaciones de dibujos rápidos, arte, donde gatos y libros conviven
perfectamente, en armonía. Y tritones en acuarios, en “HellBoy”, auténticos
sabios, aquí un ser atávico arrebatado al mismísimo Amazonas de sus entrañas y
llevado, en plena Guerra Fría, a un complejo científico militar estadounidense.
(Un momento de relax después de volver de la Oficina...)
En dicho complejo, una joven
muda, Eliza Esposito, se enamora de dicho ser (un tritón con poderes de
semidios), y se inicia una carrera contrarreloj para salvarlo de su más que
seguro destino (la disección), por parte de un equipo formado por un viejo y
acabado dibujante gay, una compañera limpiadora de Eliza y un científico espía
ruso. Reíros de “Liberad a Willy” (1993).
(Dame un leuro para tabaco, guapa)
Entretenida, aunque a ratos, se
me ha hecho larga, destacaría las referencias cinematográficas al cine de los
cuarenta y cincuenta, igualmente una gran banda sonora, donde aprecié canciones
no solo en inglés, sino también en portugués, castellano y francés. Un chiste
sobre indios con arcos y flechas en Amazonas, que ríe de buena gana uno de los “malos”,
el General Hoyt, y donde creí apreciar un guiño, ya que Hoyt es la marca
estadounidense referencia en la venta de arcos y flechas a nivel mundial (a lo
mejor esa no era la intención de Guillermo del Toro y le ha salido una
chiripa), y una gran actuación de la protagonista, Sally Hawkins, que en mi
opinión lo borda.
Esperaba más acción y fantasía. Realmente es una especie de fábula o cuento para vendernos que el amor termina triunfando por encima de politiqueos, racismo y mil clases distintas de odio y discriminación. Creo que no queda una por criticar... Buena ambientación con el sello inconfundible del director y también coincido contigo en el tema de la banda sonora. Llena de guiños a otras pelis, incluida Torrente de su amiguete jeje. Está bien, pero no sé si merecía tantos Oscar. A ver si veo las otras candidatas.
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