“El
último rey” (2017) es una película noruega que me he tragado hoy, precisamente,
aprovechando el tirón del actor noruego Kristofer Hivju, conocido por su papel
de salvaje pelirrojo en “Juego de Tronos”.
No
es que haya visto mucho cine noruego. En realidad, no recuerdo haber visto nada
hasta la fecha, o al menos, nada resaltable, pero “El último rey” nos trae una
de esas películas épicas, basadas en la historia del país escandinavo, y que, a
pesar de tanta y tanta nieve (demasiada para un extremeño), tiene algo de “calor”
que engancha al espectador.
Es
cierto, podréis ver algunas similitudes en vestuario y batallitas con la propia
“Juego de Tronos”, con la serie “Vikingos” de Canal Historia (aunque aquí los
antiguos paganos, son más cristianos que el propio Papa de Roma, y de hecho,
algún actor de la serie se cuela aquí, en el reparto), o incluso, rizando el
rizo, en su planteamiento narrativo con la mítica “Willow” (1988), aunque sin
trolls, magos y hechiceros y sin Val Kilmer tampoco.
Bueno,
vamos directos a la historia (basada en un hecho real) que me voy por las
ramas: Estamos a principios del S.XIII. Noruega está en plena Guerra Civil, la
cuestión se dirime entre dos facciones de nobles: Los Birkebeiner (estos son
los “buenos”) y los Bagler (los "malos" que quieren un país católico, bajo la órbita de Roma). Hakkon III muere envenenado por la propia reina, y el
heredero, el pequeño y futuro Hakkon IV, es un bastardo en territorio Bagler,
apenas un bebé. Solo dos guerreros, expertos esquiadores, podrán llevar a cabo
la misión de salvar al niño, Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, en mitad de
tormentas de nieve, flechas, persecuciones trepidantes y escenas llenas de
acción.
La
película no es para tirar cohetes, pero si este es el cine noruego, me apunto
desde ya. Buena fotografía, música aceptable. Y encima, histórico.
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