Con
“Buñuel en el laberinto de las tortugas” me he llevado algunas sorpresas. La
primera de ellas es descubrir que alguien, Fermín Solís, le dedicó tiempo y
pinceles hace unos años (2008) a contar la búsqueda del hombre que hizo Buñuel
en las Hurdes, y que mitificó a través de su documental “Tierra sin pan”
(1932-33), la segunda (pero no la última) es convertir aquel viaje hacia una
región (entonces) inhóspita, cruel y dura, en un viaje interior del propio
Buñuel, que venía de rodar “La edad de oro” y cuya vida se debatía entre los
preceptos surrealistas y el ir más allá.
Basado en dicho viaje, Solís, nos cuenta cómo
llegó a realizarse el documental con la producción de Ramón Acín (que puso el
dinero tras tocarle la lotería), y el choque (ciertamente en todos los
aspectos) entre los forasteros y los cineastas, con manipulación de imágenes
por estos últimos incluida: La cabra que es abatida a tiros o el burro muerto
por las abejas (que en la película, por cierto, tenia las patas atadas) y
devorado por perros y buitres.
El
sueño de Buñuel es, no saber a esas alturas concretamente, donde iba su vida o
que repercusión iba a tener su cine, que quería despertar conciencia, que
quería luchar contra una burguesía que ellos mismo parecen representar en esa “invasión
cinematográfica” por los desolados pasajes extremeños.
Dibujado en blanco y negro, el cómic de apenas
111 páginas, es una verdadera delicia. Un episodio en la vida de Buñuel, un
viaje interior, hacia las Hurdes, hacia el propio Buñuel… Hacia el lector.
Aquí os dejo un enlace de "Tierra sin pan" de YouTube. Merece la pena que lo veáis. Es un documento histórico.
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