“Gandahar”
(1987) es una película dirigida por René Laloux, siguiendo los diseños de
Philippe Caza (uno de aquellos míticos ilustradores que solían colaborar con la
revista “Heavy Metal”), coproducción franco-coreana, que con los años se
convirtió en un clásico de la animación. Está basada en una novela de
Jean-Pierre Andrevon, y curiosamente el guion de la versión anglosajona estaba
a cargo de Isaac Asimov.
La película no la encontré en castellano,
sospecho que nunca se dobló, pero si la podéis ver en V.O subtitulada y no por
ello pierde un ápice de interés.
Gandahar
es un lejano mundo. Vive en paz, con un sistema matriarcal llamado Consejo
Femenino, aunque tiene algunos defectos en su sociedad (los ignorados
Transformados). Es un mundo mágico e idílico. Un día, aparecen los
hombres-metal, unos siniestros robots armados con rayos láser petrificadores
contra los que los habitantes de Gandahar nada pueden. Syl, un sirviente del
Consejo Femenino es enviado a investigar a los invasores. Pronto, con la ayuda
de los Transformados (mutantes Gandaharianos a los que el Consejo Femenino
obvia e ignora, por sus monstruosas formas físicas) descubre que son enviados
por Metamorfo, un ser con forma de cerebro que los crea (supuestamente sin
querer).
Syl es convencido por Metamorfo para entrar en
un estado de hibernación, de mil años, tras los cuales, Metamorfo será
asesinado para restablecer el orden planetario. Transcurridos esos mil años,
Metamorfo dice que “verdes las han segado”. No solo se niega a morir, sino que
Syl descubre que usa las células de los gandaharianos para mantenerse vivo. La
lucha final está servida. Syl deberá enfrentarse a Metamorfo, con la ayuda de
los Transformados, si quiere salvar el planeta…
En
mi opinión, es otra obra maestra de la animación. Las mujeres desnudas, de
exuberantes pechos (azules) y calvicies presentes (también azules) me recordaron
ligeramente a “El Planeta Salvaje”, así como los escenarios, aunque no tan
surrealistas. Algunos de los Transformados recuerdan ligeramente a aquellos
seres míticos que los españoles creían haber encontrado en América, con caras
en los pechos, sin cabeza y corpulentos, todo muy del arte que vemos en los
cuadros del Bosco. La temática ecologista está muy presente en la película,
igualmente. Resumiendo, otra obrita maestra que os recomiendo fehacientemente.
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