Lo
reconozco. Hasta hace apenas tres meses, quizás un poco menos, creo recordar,
no había leído nada de David B. Y, sin embargo, ya veis. En este blog ya hemos
leído y escrito algunas cosas sobre este autor francés tan especial, y yo he
adquirido algunas de sus obras.
En
“La lectura de las ruinas” nos encontramos en plena Primera Guerra Mundial. Es
1917, y a Jan Van Meer, un holandés, experto folklorista y agente de los
servicios secretos aliados (concretamente del francés), se le encarga una
misión, en principio sencilla, que se le va a complicar por momentos. Deberá
buscar al ingeniero e inventor Hellequin, creador del cañón de sueños, los
alambres vampiros, las bombas silenciosas o los hombres de fécula, y maestro en
la lectura de las ruinas… Lo malo es que los alemanes también lo quieren, y la
búsqueda y persecución de Hellequin se convertirá en un reguero de sangre.
Con ese dibujo tan característico al que ya me
tiene acostumbrado, de un expresionismo puro, que tanto me recuerda al grupo
alemán “El Puente” y sus xilografías. En este álbum se mezcla el surrealismo,
con el futurismo y su relación con la máquina destructora, con los inventos…
Todo en un mundo fantástico y onírico, irreal, que engancha precisamente por
esa relación palpable con los sueños. Es un cómic, como todos los de David B.
de lo más recomendable.
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