martes, 28 de junio de 2016

Hasta Siempre Bud

        Los recuerdos que tengo de Bud Spencer son, prácticamente, los mismos que los que tengo de Terence Hill.  Tardes de bocadillo de chocolate, finales de los setenta, principios de los ochenta, y risas y risas y más risas. Estos dos, sin duda, no hacían buen cine, no eran actores de cine de autor, pero hacían las delicias de todos los niños, en el cine de verano, con aquellas comedias del lejano Oeste, o ambientadas en el Miami de los setenta, con un denominador común: Bofetadas como panes.

         Hoy se nos ha ido Bud Spencer. Hace un par de semanas leí, por casualidad, su última entrevista en El País, donde reconocía (no hace falta que lo hiciera) que nunca fue actor. Fue nadador olímpico, diseñador de trajes, empresario… Hizo absolutamente de todo, pero que no fue actor.

         En fin Bud, no sé si fuiste o no actor, lo que sí sé es que hoy nos dejas un poco huérfano, y que siempre recordaré con cariño la escena de Le llamaban Trinidad, para mi mítica, donde eras la mano izquierda del diablo (la derecha lo era Terence Hill) y en donde un mexicano loco atormentaba a unos amish, ¿o eran mormones?, y entre bofetada y bofetada, te llegó tu turno, y resolviste aquella situación con… Una buena bofetada con la mano abierta. Hoy no sería un tipo de cine adecuado para niños, pero… Por Dios, lo que nos reímos.

Bud Spencer, Gracias por todo, y hasta siempre.

3 comentarios:

  1. Grande en todos los sentidos. Le llamaban Trinidad es mejor que muchos westerns yankis de prestigo. Algún día lo reconocerán jeje.

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  2. Es así. En Le llamaban Trinidad, hoy ya más de uno lo estaba diciendo en la radio, puedes ver (quitando el trasfondo cómico) la vida en el Oeste: Sucios, traicioneros, violentos y guarros, mucho mejor que en Centauros del Desierto. Es algo que llevo diciendo años, pero en fin... ¿Camisas planchadas en el Oeste?, vamos hombre...

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  3. Por supuesto. Mucho más realista.

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