…Micho I de Gato
miraba, con sus enormes ojos amarillos, el nuevo día amanecer desde el
Patio-Lavadero. Había pasado, como buen felino, la mitad de la noche despierto,
leyendo la prensa del fin de semana anterior y escuchando, bajito, la radio.
¿Sabes?, ronroneó, hace tiempo que no veo a
Orión, el cazador, tintinear allá arriba.
Con este tiempo, no me extraña, musité con mi
café en la mano. Pero te aseguro, añadí guiñando un ojo, que está por allí
arriba, avizor, pendiente a todo lo que se mueve…
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