… Siempre oí, desde mi masculina ignorancia, que las mujeres sufren cambios corporales y hormonales durante el embarazo, pero lo de esta mañana ya roza un poco lo increíble…
… Me encontraba en la sección de “Comidas Gatunas” del supermercado que hay situado en el local bajo de nuestro edificio. Amparo, la esfinge del rellano, me había hecho una emboscada, un enigma fácil, cuya respuesta era “Barack Obama”, y en ello andaba pensando, cuando he visto a una chica, de mediana edad, embarazada.
Su embarazo resaltaba, pero lo que más llamaba la atención era que tenía la cabeza llena de sierpes, de todos los tamaños y colores, con predominancia del verde, y de culebras de agua, más que de las venenosas. Se la veía guapa, a pesar de las serpientes que coronaban su testa y que no hacían otra coisa sino revolotear, impacientes, en busca de algo a que hincar el diente. Yo en mi caso, me hubiera hecho una coleta, o quizás mejor una trenza. Estaba comparando precios de dos lavavajillas, con unas enormes gafas de sol puestas.
- “¿Qué va a ser niño o niña?”, le he preguntado con mi mejor sonrisa, lo cual implica la presentación de una funda y dos empastes.
- “Gemelos, dos niños”, me ha sonreído la chica tímidamente…
- “Aham, bien, Ufff, ¿Y como se van a llamar?.”
- “Pegaso y Crisaor”, ha vuelto a sonreír la futura madre.
- “Mmmm, perdona la pregunta, pero… ¿Y las serpientes?”.
- “…Dice mi ginecóloga y mi medico de cabecera, Asclepio, que es algo normal del embarazo, coisas de las hormonas…”.
- “…Mmmm, ya veo…”, he musitado.
- “…Te acostumbras, hay gente que se queda de piedra cuando me ve, pero después no te dicen nada…”, me ha confesado tras sus negras gafas de sol.
- “Bueno, lo importante es que los nenes vengan sanos.”, he concluido yo, y deseándole la mejor de las suertes, me he dirigido al Stand de las latas de Atún en Aceite de Oliva…
… Curiosa chica, me he quedado con las ganas de mirarla a los ojos…
Hay que ver que son complicados ciertos embarazos: Cambios físicos, hormonales, estructurales, arquitectónicos y esculturales… Mis amigas féminas (algunas) dicen que, tanto el embarazo como el parto, es una experiencia maravillosa. Y yo, sin llegar a poner en duda dichos testimonios, con la mano derecha puesta en homérica Iliada, y la otra en “La Metamorfosis” de Ovidio, me quedo como hombre, lo prefiero en este aspecto....
En la caja, de cajero eventual, se encontraba el amigo Tomás Polichiollo, el psicoanalista argentino especializado en gatos, al cual hacía tiempo que no veía ni saludaba. Se le han puesto los pelos como escarpias de la alegría cuando me ha visto llegar con mi cesta. Me ha preguntado, ciertamente nervioso, si Michel me acompañaba, y al decirle que no parece haber respirado con una inusitada felicidad…
… Me encontraba en la sección de “Comidas Gatunas” del supermercado que hay situado en el local bajo de nuestro edificio. Amparo, la esfinge del rellano, me había hecho una emboscada, un enigma fácil, cuya respuesta era “Barack Obama”, y en ello andaba pensando, cuando he visto a una chica, de mediana edad, embarazada.
Su embarazo resaltaba, pero lo que más llamaba la atención era que tenía la cabeza llena de sierpes, de todos los tamaños y colores, con predominancia del verde, y de culebras de agua, más que de las venenosas. Se la veía guapa, a pesar de las serpientes que coronaban su testa y que no hacían otra coisa sino revolotear, impacientes, en busca de algo a que hincar el diente. Yo en mi caso, me hubiera hecho una coleta, o quizás mejor una trenza. Estaba comparando precios de dos lavavajillas, con unas enormes gafas de sol puestas.
- “¿Qué va a ser niño o niña?”, le he preguntado con mi mejor sonrisa, lo cual implica la presentación de una funda y dos empastes.
- “Gemelos, dos niños”, me ha sonreído la chica tímidamente…
- “Aham, bien, Ufff, ¿Y como se van a llamar?.”
- “Pegaso y Crisaor”, ha vuelto a sonreír la futura madre.
- “Mmmm, perdona la pregunta, pero… ¿Y las serpientes?”.
- “…Dice mi ginecóloga y mi medico de cabecera, Asclepio, que es algo normal del embarazo, coisas de las hormonas…”.
- “…Mmmm, ya veo…”, he musitado.
- “…Te acostumbras, hay gente que se queda de piedra cuando me ve, pero después no te dicen nada…”, me ha confesado tras sus negras gafas de sol.
- “Bueno, lo importante es que los nenes vengan sanos.”, he concluido yo, y deseándole la mejor de las suertes, me he dirigido al Stand de las latas de Atún en Aceite de Oliva…
… Curiosa chica, me he quedado con las ganas de mirarla a los ojos…
Hay que ver que son complicados ciertos embarazos: Cambios físicos, hormonales, estructurales, arquitectónicos y esculturales… Mis amigas féminas (algunas) dicen que, tanto el embarazo como el parto, es una experiencia maravillosa. Y yo, sin llegar a poner en duda dichos testimonios, con la mano derecha puesta en homérica Iliada, y la otra en “La Metamorfosis” de Ovidio, me quedo como hombre, lo prefiero en este aspecto....
En la caja, de cajero eventual, se encontraba el amigo Tomás Polichiollo, el psicoanalista argentino especializado en gatos, al cual hacía tiempo que no veía ni saludaba. Se le han puesto los pelos como escarpias de la alegría cuando me ha visto llegar con mi cesta. Me ha preguntado, ciertamente nervioso, si Michel me acompañaba, y al decirle que no parece haber respirado con una inusitada felicidad…
Cambiar se cambia algo en los monentos más criticos, pero no es para tanto.
ResponderEliminarLa que es rarilla lo sigue siendo antes y espués.
Cuando tengas las suerte de ser padre ya veras como no te vas asustar tanto, eso suele pasar en la juventud aun prematura jajajjjjjjjjjjj
Soy muy mal intencionada.
Un abrazo y gracias por gratas visitas a mi gatera.
Hasta pronto.
Mira que he visto embarazadas a lo largo de mi vida y nunca he visto tal cosa....menos mal, sino seguro que acabaría traumatizada...jajaja..
ResponderEliminarBesos muy cálidos
ahora me explico muchas cosas de las que les han pasado a mis amigas mamás, jajajaja
ResponderEliminarEs divertida la historia que cuentas de la mujer embarazada en el super. Desde luego, tienes una imaginación sin límites. Saludos.
ResponderEliminarA mi amiga Cristina le paso algo parecido cuando se quedó embarazada, de pronto se levantó un día con las piernas de Srek, ahora nos reimos, pero la pobre tuvo que apañarse todo el verano con unas chanclas de playa y aún así no le cabian los pies. Es cierto que luego se pasa, pero como secuela le creció el pie un número.
ResponderEliminarSi te cuento mi embrazo te echarías a correr...me apetecia comer cosas que odio..no me entraba la ropa que suelo ponerme y tuve que conformarme con lleva ropa ancha..o mallas..que una embarazada con mallas..horrible.jajaja..los pies..aparte de hincharse..sueles tener calambres..si no te cuidas te suelen aparecer unas marcas en la piel como arañazo..arañazos como cuando un gatos t hace una caricia..no serias tu??
ResponderEliminarUn café??
¿El nombre de la susodicha no empezaría por m? Me parece que la conozco, aunque no tengo nada que ver con el asunto de sus gemelos jajajajaja.
ResponderEliminarY me solidarizo con Tomás. Aguantar a Michel, y más desde que sabemos que es un yonki felino, debe ser horrible. Aunque más debería solidarizarme contigo jajaja
Jejeje, si Carls, por ahí van los tiros, desafortunadamente a esta chica no le espera un futuro muy prometedor, pero no adelantemos coisas... Me alegro de que os haya, y os esté, gustando esta historia...
ResponderEliminar¡Que cosas!¿EH?...puede ser que fuera alguien que fue vecina mía ,¡Una chica rarísima! y tenía dos hermanas raritas raritas
ResponderEliminarUn besote
¿Seguro que el "tocado" era producto del embarazo? Pues menuda revolución de hormonas debía tener la chica?
ResponderEliminarBuenísimo como siempre, jajjaja...
Muakk
Eso que se ahorra en peluqueria,a ver quien es el Rupert que se atreve a meter mano a tanta culebrilla.
ResponderEliminarSiempre me haces sonreir.
Besos
Gracias por traer el olimpo a la sección de congelados.
ResponderEliminarEspero que esa chica no se encuentre con Perseo. Me ha caido bien.
Un abrazo.
Bueno, el Olimpo es lo que tiene... seguro que el peinado no llama la atención gran cosa por esos pagos. ¡que vaya todo muy bien! y ¿gemelos? pues bienvenido al club. Un beso para todos, que cada vez sois más no?
ResponderEliminarMe encanta... no dejas de sorprenderme con tus historias... A ver si un día de estos que quedamos nos la encontramos y le preguntamos más cosas a la niña esa ¿eh?
ResponderEliminar¡jajaja!
Besotes!
No tengo palabras, tu brillante fluidez es más de río caudaloso que de mortal corriente. Apabullada total, y que bobada el psiquiatra argentino (of course)¿ por qué habrá respirado al no ver a Michel? Me parece que necesita un diván.Besos.
ResponderEliminarPD. Si hay elogios son verdaderos, conste.
Me encanta tu estilo a la hora de narrar. En cuanto a los embarazos no seré yo quien experimente con ello. Quita, quita.
ResponderEliminarBesos.