…Recuerdo que una de las primeras veces que contemplé “El Carnaval de Arlequín” fue de pasada, en un programa infantil llamado “El Planeta Imaginario”, que emitía TVE a mediados de los ochenta. De vez en cuando este programa, aderezado por música del Arabesque Nº 1 de Debussy (versionada por Isao Tomita), rescataba alguna obrita del surrealismo, del dadaísmo, del Universo Mironiano, y esta concretamente a mí siempre me chocó, era como un maravilloso chasquido delante de los ojos.
Este programa de fecunda imaginación, encontraba en Miró uno de sus puntos de apoyo, o a mi siempre me lo pareció. En sus Constelaciones, y en la filmografía de Mélies, que era un buen complemento…
“El Carnaval de Arlequín” es al parecer, una alucinación provocada por el hambre que llegó a pasar Miró en el París de los años 20. Es realmente una obra impresionante, antesala de muchas de las obras de Miró, ya que muchos de estos objetos y elementos que integran el Carnaval, los repetirá Miró posteriormente, hasta la saciedad, en diversas obras: La escalera, los constantes insectos, la esfera (que representa el planeta), los triángulos (que aquí nos viene a dar una idea espacial, ya que Miró aseguró de que se trataba de la mismísima Torre Eiffel)…
La escena nos muestra un interior mágico, de poesía irreal, donde determinados seres se desarrollan por el escueto espacio de la sala, con una vida propia en la que no faltan los elementos geométricos, lineales, esferas, que se conjuntan en la misma temática onírica buscando un lugar en la obra, mientras son mudos testigos de la metamorfosis que protagonizan algunos de los miembros de dicho Carnaval: Puro Surrealismo, aunque algunos dirán: “Qué mala es el hambre”…
Este programa de fecunda imaginación, encontraba en Miró uno de sus puntos de apoyo, o a mi siempre me lo pareció. En sus Constelaciones, y en la filmografía de Mélies, que era un buen complemento…
“El Carnaval de Arlequín” es al parecer, una alucinación provocada por el hambre que llegó a pasar Miró en el París de los años 20. Es realmente una obra impresionante, antesala de muchas de las obras de Miró, ya que muchos de estos objetos y elementos que integran el Carnaval, los repetirá Miró posteriormente, hasta la saciedad, en diversas obras: La escalera, los constantes insectos, la esfera (que representa el planeta), los triángulos (que aquí nos viene a dar una idea espacial, ya que Miró aseguró de que se trataba de la mismísima Torre Eiffel)…
La escena nos muestra un interior mágico, de poesía irreal, donde determinados seres se desarrollan por el escueto espacio de la sala, con una vida propia en la que no faltan los elementos geométricos, lineales, esferas, que se conjuntan en la misma temática onírica buscando un lugar en la obra, mientras son mudos testigos de la metamorfosis que protagonizan algunos de los miembros de dicho Carnaval: Puro Surrealismo, aunque algunos dirán: “Qué mala es el hambre”…
No me gusta Miró. No me gusta Picasso. Me encanta Dalí, y todavía me producen una sonrisa los recuerdos del planeta imaginario. Hace poco logré rescatar de internet unos capítulos. Probablemente ahora solo sea apto para nostálgicos.
ResponderEliminarPara gustos, colores. Aún recuerdo otros programas de Miquel Obiols, como "Los bigotes de babel" o "tebeo de noche", que despertaban en mi mente de niño sensaciones de extrañeza, miedo, fantasía...
Un abrazo!
Con Miró pasa lo que con muchos artistas del siglo XX: tiene cosas maravillosas y otras que te quedas "¿eh?"... Este en particular me gusta.
ResponderEliminarDel "Planeta imaginario" me acuerdo bien, me encantaban esas bolas de pinturas de colores que iban rodando por un decorado blanco dejando miles de colores ¿se habrá inspirado en ese programa Miquel Barceló para hacer la cupula de "La alianza de civilizaciones"?
Un besazo Andreu!
A ti seguirte es morir en el intento, pero me expongo, aunque sé que no daré a basto. Me gusta mucho lo que "has hecho" con el Miró, no hay género que se te resista y eso que, por la producción, debes trabajar a una velocidad inusual para los mortales de a pie (¿te ayuda Hermes/Mercurio?, eso lo explicaría).Me rindo y me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarAunque no soy , precisamente, una forofa de Miró... me ha llamado la atención lo del programa infantil, con rasgos realmente culturales, ¡se me había escapado! entre tanto desastre dirigido a los niños...
ResponderEliminarTu post como de costumbre distinto y estupendo.
besos.
A mí también me pasa un poco esto, que no me gusta Miró, pero reconozco que su arte puede ser ideal para los niños, tiene imaginación y se presta a que les guste, pues juega con las formas. Lo que comentas relacionado con este cuadro si que es especial, también pienso que quizás no lo entienda.( Sí me gustan los murales en grande que pinta).Saludos.
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