domingo, 13 de octubre de 2024

Bitelchús, Bitelchús (2024)


       ¿Tú viste “Bitelchús” cuando se estrenó hace casi 40 años? Yo si la vi en los Cines Menacho de Badayork en 1988, y aquello fue una pasada. Una semana y media nos tiramos en la calle jugando toda la chiquillada pacense, a ser el histrionismo personaje del traje a rayas y aspecto asqueroso, gritando ochenta veces “Bitelchús, Bitelchús”, y Bitelchús sin aparecer, y las viejas amenazando con el bastón y diciendo: “Niño, que te conozco, que sé de quién eres… Como me vuelvas a llamar eso, se lo digo a tus padres y te enteran, que trolebús será tu madre...”.

         Ahhhhh, ¡Qué ilusión hacía ver estas películas en pantalla grande, cuando Tim Burton molaba, y Danny Elfman te hacía unas bandas sonoras de la leche! Y ya cuando salió en vídeo, ni os cuento, tres meses de espera para alquilarla.


        Por eso, creo yo, que ningún Boomer que se precie, como es el caso, se resistirá a una bofetada de nostalgia y querrá ver esta nueva secuela del clásico de terror, lo de terror entre comillas, y fantasía, con solo un tercio del elenco principal, porque muchos han fallecido, otros tienen problemas judiciales y mejor no mezclarse con ellos y hacer que su personaje muera… No sé, comido por un tiburón, y otros simplemente, como los personajes de Geena Davis y Alec Baldwin, ni están ni se les espera, porque pasaron a otro plano astral... Entonces, ¿Qué nos vamos a encontrar en la hora y cuarenta minutos de esta nueva entrega de “Bitelchús”?

         Pues en “Bitelchús, Bitelchús” nos vamos a encontrar un producto entretenido, con grandes dosis, con grandes esencias de lo que fue la película original, para contentar a esos boomers que han ido a verla con sus hijos, quien sabe… Alguno incluso con sus nietos más bien… Y ya de paso, hacerle un guiño a los más jóvenes, que a lo mejor han visto la primera parte y sienten curiosidad por la segunda.


        En la narrativa han pasado varios años desde los acontecimientos que acabaron con Bitelchús con la cabeza reducida. Lydia Deetz (una Winona Ryder que abre muchos los ojos y pone muchas muecas, algunas casi imposibles incluso para su edad), vive atormentada por los recuerdos de Bitelchús, ha perdido a su marido hace tiempo, y su representante le está haciendo la Corte y Confección, ya que pretende casarse con ella, que trabaja de médium en un programa televisivo de tercera.

       La abuela Delia (una fantástica y rescatada por fortuna, Catherine O´Hara, que tiene una vis bastante graciosa) trabaja como artista conceptual, mientras que Charles, su marido, ha fallecido devorado por un tiburón tras un accidente aéreo.


         Dicho accidente hará que tres generaciones de mujeres de la familia: La propia Delia, Lydia, y la joven Astrid, una Jenna Ortega que se ha ido afincando últimamente en papeles góticos y por el estilo, se reúnan y despierten accidentalmente a Bitelchús, que a pesar del tiempo, no ha olvidado a los Deetz.

         ...Y que vive-muere pensando en casarse con Lydia, por toda la eternidad, y que ve su oportunidad de oro en este nuevo regreso… Aunque el problema que tiene es el regreso a su vez de su mujer italiana grapada de arriba a abajo (Mónica Bellucci) que está empeñada en acabar con él (con Bitelchús), y la persecución de un actor metido a policía (un estupendo y versátil, como siempre, Willie Dafoe).


        En definitiva: Una película entretenida, aunque os tengo que reconocer que he soltado algún bostezo pasando el ecuador de la película, y no os vais a a encontrar nada novedoso respecto a la primera película. Es el mismo caramelo con otro papel, con otro envoltorio, disfrutable solo a ratos. Como boomer, me he sonreído ante alguna alusión a aquella película del pasado, que hizo las delicias de mi adolescencia.

        Tiene una música que despierta algo en la memoria, además de un “Soul Train” que me ha gustado mucho. Danny DeVito por ahí. Buenos efectos especiales, un “Bitelchus Bebé” que es el mismo Tim Burton en la versión original, bastante gracioso y buenas interpretaciones en general con canción de autor incluida por parte de Michael Keaton. Y ver a Bitelchús de torero también me hizo soltar cierta carcajada. Nota: Un 5,5. Imprescindible, si no lo habéis hecho, que veáis la primera parte para entender el todo.

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