sábado, 7 de septiembre de 2024

Eileen (2023)

 

       Basada en un libro que no me he leído, ni me pienso leer, “Eileen” (2023), o como se la ha traducido en España, “Mi nombre era Eileen”, que ya son ganas de complicarse la vida, es una película estadounidense de 2023 que nos trae como protagonistas a Anne Hathaway y a Thomasin McKenzie, en un psico-drama, un thriller carcelario, basado en los Estados Unidos de los años 60…

        ¿Qué tenemos en la narrativa de “Eileen”? Vamos a ir directamente al grano… Estamos en Massachusetts, y es 1964. Eileen (Thomasin McKenzie) es una joven funcionaria de prisiones, bastante insulsa y anodina, que vive con su padre, un antiguo policía alcoholizado, que tiene amenazado a medio vecindario, sobre todo a los luteranos, a los que no puede ni ver en pintura.


         Eileen pasa sus días en un trabajo malpagado, poco gratificante, y fantasea con encuentros chenchuales con compañeros de trabajo, que nunca se hacen realidad, y además tiene otros de otro tipo en los que se carga a su padre o ella misma se quita de en medio con el arma de su viejo.

         Un día, llega a la prisión, o más bien correccional, una nueva psicóloga, Rebecca (Anne Hathaway), una licenciada de Harvard, neoyorkina, sofisticada e interesante… Y claro, su presencia en la triste, monótona y grisácea vida de Eileen es como un antes y un después.


       Pronto las dos congenian, y Eileen comienza a salir con ella, comienza a arreglarse, y esto le traerá encontronazos con su padre, que no ve con buenos ojos los cambios de comportamiento de su hija, y de hecho, él está convencido de que está saliendo con algún chico y que ella no se lo quiere confesar.

        En Nochebuena, Rebecca la invita a ir a su casa, y lo que parece que va a ser una velada entre dos chicas, dos amigas, se va de madre, porque Rebecca le confiesa que esa no es su casa, y que en realidad tiene allí secuestrada a la madre de un joven preso, la señora Polk.


         Hasta aquí la película no me estaba contando realmente nada, o muy poca cosa, y es una hora de metraje, pero en la confesión de Rebecca hay un punto de inflexión en el argumento, y la trama comienza a hacer aguas como un portaviones japonés en la Batalla de Midway. Y debería haber comenzado a sospechar cuando Rebecca le abre la puerta a Eileen para que entre en casa y se la ve peleándose con un supuesto gato, que se ve a la milla que es un peluche de un bazar oriental.

        Rebecca ha ido a sonsacarle información a la Señora Polk, sobre lo ocurrido en su casa, donde supuestamente su malvado hijo asesinó a su padre, un ex-policía, y la propia señora ha acabado secuestrada, atada y golpeada en el sótano de su casa. Rebecca le confiesa a Eileen la situación, que, en un principio quiere huir, pero pronto se ve involucrada, con la pistola de su padre en mano, apuntando a la Señora Polk.


         La pobre mujer acaba confesando que mató hasta Manolete, y aun así accidentalmente Eileen le mete un tiro, y ante los gritos, entre las dos la rematan y deciden echarle la culpa al padre de Eileen, por borracho y capullo. Un plan perfecto.

        Este último tercio de metraje, que por cierto tiene un total de una hora y media, es demasiado forzado en casi todos los aspectos. Yo no lo he visto venir realmente, pero deja en el aire muchos interrogantes al final: ¿La policía se tragó el anzuelo de cargarle el muerto al viejo?, ¿Qué fue de Rebecca?, ¿Sentía Eileen una atracción chenchual por ella y esperaba que la vaina acabara con las dos juntas o pretendía al menos un encuentro?


        Todas esas preguntas quedan sin respuesta mientras comienzan a salir los primeros créditos que recuerdan a aquellos que se usaban en las películas de los setenta y ochenta, y te quedas con cara de bobo.

        En definitiva: A lo dicho, habría que añadir una atmósfera densa, bastante oscura durante casi toda la película, fría y triste, en relación a la época del año en que se desarrolla y a la propia vida de Eileen, a la que le suelta el padre en un momento dado, una frase lapidaria: “Hay gente que solo está para figurar, tú eres una de ellas Eileen”. Buenas interpretaciones, buena fotografía, pero demasiada ida de pinza en su final, un tanto decepcionante, aunque a veces la vida supera a la ficción, de nota no puedo darle más allá de mi 5 reglamentario, como viene siendo habitual en mí. Si la veis, ya me diréis qué os pareció.

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