He tenido pocas experiencias con el cine indonesio, y si me preguntaran, creo que solo recuerdo haber visto una película, hace relativamente poco tiempo, apenas un par de años, de esta zona del planeta, llamada “The Big 4”.
Ahora, he tenido la oportunidad de ver “Monster”, una película de terror que se ha colado esta penúltima semana de mayo de 2024 en la parrilla de películas más vistas en la plataforma Netflix en España, y que sin tirar cohetes, ya que es un tanto increíble en su desarrollo, en su trama bastante lineal y muy del tipo de aventura gráfica, de videojuego viejuno, se deja ver en gran parte por la tensión que logra crear, aunque sea poco creíble, y por el interés de ser una película muda… Ya que sus protagonistas, y sus antagónicos, no hablan más allá de un par de palabras, nombres propios concretamente, y de manera casi anecdótica.
En la narrativa estamos en la húmeda, exuberante y acalorada Indonesia. Rabín y Alana son dos críos que han salido del colegio. Se han comprado un par de chupa-chups, se van a un salón recreativo a que la típica máquina del gancho, que tiene menos fuerza que un tren extremeño, les time una y otra vez y salen a la calle sin imaginar que un tipo los ha seguido para secuestrarlos con aviesas y malévolas intenciones.
Una vez introducidos en el maletero de su coche, los lleva a una casa en mitad de la nada, donde el chico es conducido a una habitación, y Alana pronto se libera de sus ataduras y consigue escapar. Una vez fuera, se lo piensa y decide volver a rescatar a su amigo, introduciéndose en la casa, donde tendrá que ir esquivando al secuestrador, que en un principio no sabe, no sospecha, que la chica se ha escapado y está rondando por allí, reconociendo los recovecos de la casa, los lugares donde el tipo hace grabaciones (donde descubre el cadáver de un chico), nos podemos imaginar con que intenciones… Hasta que el intento de rescate se convierte en una lucha contra el tipo, que acaba muerto de la manera más tonta y torpe que te puedas imaginar…
Lo que pueda parecerte el final de la película, solo es el 50%, porque aparece una compinche femenina, y la historia se repite, aunque esta vez la secuestradora acaba con el único policía que aparece por allí, los siguientes no los verás hasta casi doce horas después, y Alana consigue rescatar a Rabín y huir a duras penas mientras que la secuestradora malherida les persigue cojeando y arrastrando un hacha con el que da golpes al vacío… ¿Dónde habré visto yo esto antes, pero con una máscara puesta? No sé, imaginaciones mías...
En resumidas cuentas, la narrativa es esta… No os cuento más porque prefiero que la veáis y opinéis al respecto, pero no es una película que podamos calificar de terror, y si más bien de un suspense un tanto forzado en escenas, trama y situaciones, que quizás carezca de originalidad y tiene mucha estética, en mi opinión, de aventura gráfica y videojuego viejuno, y cuyo mayor efecto en su hora y veinte minutos de duración sea la falta de diálogos, gritos o exhortaciones al menos en ataques y defensas…
En definitiva: A mi me ha tenido bastante entretenido, pero incluso dentro de su escaso metraje, hay momentos en los que se me ha hecho larga, y me he desesperado con la torpeza de los cuatro protagonistas en muchas de las situaciones, incluyendo a los secuestradores, que llegan a ser de risa en ocasiones… De nota le voy a dar su cinco, y me encantaría que me comentarais que os pareció a vosotros.
Esta es la típica película que le gustará a aficionados a fideos instantáneos, máquinas de gancho de las recreativas y gente que leía libro-juegos… Y no le hará mucha gracia a gente que confía en la policía indonesia, y usuarios de motosierra y hachas… Echadle un vistazo, y ya me diréis que os pareció.
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